Moulin Rouge~Under the crimson passion
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Ma première fois. [Priv Eros-sama]

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Mensaje por °Hirari° Dom Mayo 20, 2012 9:21 pm

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Spoiler:

L'éléphant de l'amour, una habitación que si bien era bella y llamativa, solo los clientes que realmente valían la pena la pedían; los cuales eran muy pocos. A menudo se llevaba el control de aquella habitación con citas previas y demás pero la mayoría del tiempo podías tener suerte de que no estuviera ocupada; ya que la mayoría de los clientes preferían presumir en público las caricias que eran robadas a los empleados, si, todo se trataba de presumir.

Antes de subir por las pequeñas escaleras que llevaban a dicha habitación, se alejo un poco de Eros sama para preguntar al responsable de los apartados y demás si había alguna reservación para la noche lo cual no era así. Se alegro un poco de poder visitar aquel lugar aunque no sabía realmente si al cliente le iba a gustar. Se acerco al pie de las escaleras e índico que le siguiera mientras decía tímidamente.- por aquí… por favor- subió las escaleras rápidamente para abrir la puerta de la habitación y una vez le tuvo completamente abierta se apresuro a buscar el interruptor de las luces, encendiendo las mismas para iluminar la estancia.

Inmediatamente se recargo sobre la puerta esperando que Eros sama se adentrara en la habitación y a pesar de que tenía esa manía de agachar la mirada cuando se sentía apenado, esta vez no pudo puesto que estaba un poco más concentrado en recorrer con la mirada la bella habitación, tan estratégicamente arreglada para aquellos que eran románticos aunque según le habían dicho también para quienes gustaban del erotismo y la seducción. Aunque el solo veía una cómoda habitación con hermosos muebles, una pequeña cama y una mesa para una disfrutable cena. –Es-espero que el lugar sea de su agrado… - Se dio la vuelta encargándose de cerrar por completo la puerta colocándole el pestillo y nuevamente se recargo sobre la misma observando al cliente con cierto nerviosismo.
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Mensaje por Eros Lun Mayo 21, 2012 12:24 am

Justo en ese momento se podría decir que ya estaba más que tranquilo por esa razón fue que espero sin hacer ningún movimiento mas el que el de pelo negro tomara la decisión para con la situación que le daba simplemente permaneciendo en aquella posición. Observo aquel lugar del cuello del menor donde habían quedado esa huella perlada de su saliva ante lo anterior hecho, y ciertamente le era tentador el marcarle un poco mas fuerte pero las manos del pequeño no le dieron tiempo para eso.
Dejo que sus manos fueran retiradas eso le indicaba que él ya había tomado una decisión y estaba algo ansioso por saber cual era aunque realmente llego a suponer que terminaría en la habitación del chico. Su personalidad eso le indicaba, la opción de hacerlo en publico estaba demás para con él y era evidente que buscaría un lugar privado para lo que le había insinuado, o mejor dicho confirmado. – Claro – Dijo con esa maliciosa sonrisa insertada en sus labios y con total calma se levanto de su sitio para disponerse a seguir al menor.
No objeto en como le guiaba, para él estaba bien, seguía con calma sus pasos llevando ambas manos alzadas en sus bolsillos. No era un tramo largo realmente el lugar era amplio si, pero al parecer no estaban muy lejos del lugar escogido para continuar la noche.
Se detuvo de golpe al ver hablando al menor con otro de sus compañeros, sin embargo no presto atención a lo que pudieran hablar aunque si pensaba que quizá le pedía que nadie mas entrara al sitio, quien sabe por ahora esperaba el momento para continuar avanzando. Asintió con la cabeza ante su indicación como una mera reacción a las palabras y detrás de él subió lentamente escalón tras escalón eso claro sin dejar de ver su delgada figura al subir. Al llegar al lugar o mejor dicho la puerta de este espero una vez mas a que las luces fueran encendidas para iluminar adecuadamente el sitio y tras ello se adentro lentamente en el lugar para ver bien en donde se encontraba.
Había visto ese lugar antes, se apreciaba desde el exterior pero realmente nunca se le había antojado ir para conocerlo por más llamativo que fuera pero ahora estaba ahí y siendo sincero, con muy buena compañía. Con el silencio que invadía el sitio le fue claro el escuchar el pestillo cerrarse y al pasar eso se giro para encontrarse con el cuerpo del menor hundiéndose en la puerta. Sonrío de un costado y saco solo una de sus manos del bolsillo de su pantalón mientras que se acercaba al chico a una distancia prudente, lo suficiente para poder estirar la mano que tenia fuera y apoyarla en la puerta al lado de la cabeza del menor. –Lo es, me parece mas que perfecto – Dijo sin quitar aquella sonrisa y saco su otra mano del bolsillo para dirigirla directamente a la cintura ajena.
En la curva de esa zona de su anatomía cerro los dedos y dio un indoloro apretón con ellos mientras que continuaba hablando esta vez acercando el rostro al del pequeño empezando a respirar del cálido aliento del menor. – Y ya que estamos en privado, espero que aquella haya sido la ultima vez que me quitas las manos de donde las pongo – Advirtió al menor y llevo a que su mano se fuera deslizando por su cintura para rodearle con uso de todo su brazo. Se enderezo lentamente y con aquel agarre en el cuerpo ajeno logro que este se acercara un poco mas para acabar con cualquier cm de distancia que pudiera haber entre ambos.
Sin soltar al menor se giro lentamente y empezó a caminar para empujarle con sus propios pasos. Su dirección iba contra uno de los sillones largos y delgados y al pie de este se detuvo por un momento para mirar el rostro del menor después fijamente sus ojos. – ¿Realmente será tu primera vez? – Le interrogo con una leve sonrisa y el peso de su cuerpo se apalanco hacia el ajeno para que este lentamente fuera cayendo sobre aquel sillón. Sin soltar aun su cintura y rompiendo aquella mirada sobre aquellos ojos azules ladeo el rostro para llevarle a uno de los recovecos de su cuello, donde únicamente comenzó a respirar, dándole solamente el tacto que su respiración pudiera provocar a la vez que su mano libre se dirigía justamente al muslo de una de sus piernas donde empezó a ascender llevándose su falda en el camino hasta dejar su mano a nada de su ingle, lugar justo donde dio un insistente apretón.
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Mensaje por °Hirari° Lun Mayo 21, 2012 9:18 am

Desde su posición observo como el cliente se le acercaba y puso especial atención en esa sonrisa que se formaba en su rostro, preguntándose cuál sería la razón de la misma. Sin poder evitarlo sonrió de manera tenue tras escuchar la aprobación del cliente hacia el lugar y tuvo que reprimir un pequeño suspiro al momento de sentir la cálida respiración del mayor sobre sus labios. Movió su cabeza de arriba abajo, asintiendo ante su advertencia y luego de sentir que aquel brazo ajeno terminaba por rodear su cuerpo y jalarle suavemente para aumentar la cercanía entre ambos cuerpos, de manera instintiva llevo sus manos a recargarlas sobre el pecho del cliente.

Se dejo guiar por el mayor, dando esos pequeños pasos giratorios que el cuerpo de Eros sama demandaba y dio aquellos pasos en retroceso que tambien le eran indicados. Sus piernas flaquearon de manera apenas perceptible al sentir que la parte trasera de sus rodillas chocaba con la orilla del asiento de un sillón. No pudo evitar el corresponder aquella penetrante mirada que le mantenía sonrojado e intimidado y cuando aquella pregunta salió de los labios ajenos abrió un poco más de lo normal sus ojos mientras que susurraba como respuesta.- …mmm s-si…- justo al mismo tiempo que asentía con la cabeza.

No sabía muy bien cómo reaccionar a los siguientes movimientos y caricias del cliente así que solo dejo que su instinto le guiara. Se acomodo como pudo recostado en aquel sillón, sin intentar alejarse del otro cuerpo y una vez que el rostro ajeno fue a refugiarse en uno de los huecos de su cuello, ladeo su rostro en la dirección contraria al lugar donde el rostro del mayor se encontraba así dejando libre bastante espacio en su cuello para el rostro de Eros sama.

Dejo salir libremente un par de suspiros causados en primera por aquel insistente apretón cerca de su ingle y en segunda por aquella manera en la que la respiración del cliente chocaba contra la piel propia, causando que esta se erizara y que una continua ola de escalofríos atacara su espalda. Con una de sus manos que mantenía recargada en el pecho del mayor acomodo su mano a manera que pudiera tomar un trozo de la tela de su saco para presionarla entre su pequeño puño intentando reprimir una sensación que ciertamente no sabía identificar.

Se removía un poco debajo del cuerpo ajeno sin saber por qué lo hacía aunque un sentimiento de incomodidad no tenia, solo sentía esa necesidad de moverse. De manera inconsciente llevo su mano libre a recargarla sobre el hombro ajeno, recorriendo un par de veces desde aquel lugar hasta su codo entre lentos movimientos y uno que otro apretón que iba de la mano con las sensaciones más intensas de su cuerpo.
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Mensaje por Eros Lun Mayo 21, 2012 5:21 pm

Sonrío sobre esa cálida piel donde su rostro se encontraba al escuchar la afirmación para con su interrogante. Quizá eso era lo único bueno que le había pasado en aquel día que comenzó tan mal.
Siempre había tenido cierto gusto porque los empleados con los que trataba sexualmente tuvieran cierto nivel de experiencia, pero odiaba que fuera demasiada. Exigía cierto nivel de ella y un tanto de pudor un equilibro perfecto de ambas para que el empleado fuera totalmente de su agrado; por este lado tenia al pelinegro sin experiencia pero con ese toque de torpe sensualidad que vio en él desde que le vio bailar. No le iba a enseñar nada obviamente, seria como normalmente lo era y le exigiría como igualmente lo hacia con alguien de experiencia, pero eso claro, disfrutaría a mares mancillar la castidad del pelinegro.
Se levanto lentamente rompiendo aquel tacto que tenia con el pequeño y observo su delicado cuerpo recostado sobre aquel sofá. –Entonces, debería ser ¿Suave? O… –Dejo aquella oración al aire llevo ambas de sus manos hacia la cadera ajena. En ese lugar apretó sus dedos para afianzar firmemente el cuerpo ajeno y de un solo movimiento giro el cuerpo del chico para dejarle boca abajo contra ese sofá. Su lengua se asomo y relamió un par de veces sus labios ante aquella vista de su espalda; prosiguió por inclinarse un poco y rodeo con su brazo izquierdo la cintura ajena para poder jalar hacia arriba un poco y lograr levantar su trasero. Hecho esto dejo acomodado esa parte de la anatomía ajena y dirigió esa misma mano hacia las muñecas de las manos del menor. Tomo ambas de ellas entre su mano y las llevo a por encima de la cabeza del chico, sometiéndolas con cierta fuerza, la suficiente para tener un firme agarre pero no llegar a lastimarle.
Abrió las piernas, dejando que sus rodillas quedaran a los lados de las piernas del menor, dejando que estas quedaran justamente en medio de las propias y empujo la cadera hacia adelante para apoyar directamente su entrepierna sobre uno de los glúteos del menor. Aquel rose era superficial y por encima de las prendas de ambos pero era significativo y había logrado que un pequeño cosquilleo se manifestara en su entrepierna. Con las muñecas bien afianzadas llevo su otra mano directamente al otro glúteo del menor y justamente ahí, mientras se inclinaba para alcanzar su oído con los labios empezó a subir y bajar su mano sobre ese lugar, frotando la palma de esta sobre su ropa pero haciendo la suficiente presión para que eso no fuera un impedimento más grande. – ¿Rudo?... –Clavo los dedos en el glúteo del chico con fuerza y culmino su oración anterior.
Esas no eran interrogantes dirigidas para el menor, eran para si mismo, ya que se debatía en como tomar el cuerpo del chico pero eso le estaba quitando demasiado tiempo y tenia un cálido cuerpo bajo el propio y ciertamente estaba empezando a ponerse ansioso, aun mas, gracias a esos roses que con los movimientos que se veía a hacer, el glúteo del chico se refregaba en su entrepierna.
Alejo por un momento su mano del glúteo ajeno y rápidamente tomo el borde final de su pequeña falda. Basto con un movimiento hacia arriba para que esa parte de su atuendo se levantara y quedara colgando de su cadera, dejándole así los glúteos del menor a su vista. Llevo su mano al lugar anterior y esta vez directamente sobre la firmeza de ese lugar clavo sus dedos y dio un ligero golpe con la palma de la mano. El sonido de ambas pieles al chocar le llevo a relamerse los labios y dio una rápida lengüetada a la mejilla del pelinegro. –No te muevas – Ordeno en un firme pero quedo susurro en la oreja contraria y soltó sus muñecas. Le había dado una clara orden y confiaba en que el menor le obedeciera como lo había venido haciendo desde que se encontraron.
Se incorporo colocándose nuevamente de rodillas y empezó por abrir velozmente los botones de su saco, previamente a deshacerse de el. Arrojo su prenda hacia otro sofá, mas pequeño, que estaba cerca y siguió por acomodarse de la mejor manera para que su rostro quedara a la altura del trasero expuesto del menor. Llevo directamente sus labios al inicio de uno de los glúteos ajenos y descendió por ese lugar frotando sus labios en la piel de esa zona y justo antes de llegar al final de este dio una pequeña mordida. Sonrío sobre esa piel y volvió a subir esta vez usando la lengua, dejándole un prolongado y húmedo camino después de esa lengüetada.
Alejo su rostro una vez mas y se fue acomodando para recostarse, metiendo de a poco el rostro entre las piernas del menor dejando que las rodillas de él quedaran a los lados de su propia cabeza y claro la entrepierna del peligro sobre esta. Llevo ambas de sus manos a los glúteos nuevamente y ahí clavo con fuerza sus dedos para jalarle hacia si, acercando un poco mas esa cálida zona que representaba la entrepierna del chico a su rostro. Empezó a mover el rostro de un lado a otro teniendo por consecuencia que sus labios se frotaran contra la punta del miembro del pelinegro sin la necesidad de mover el cuerpo de este, con solo el movimiento de su cabeza lograba tener ese caliente rose en sus labios los cuales tras cada movimiento se iba abriendo hasta que finalmente en una oportunidad les abrió por completo y atrapo el glande del menor en su boca. Dio una fuerte succión a esa zona y mediante el agarre de sus glúteos empezó a empujarle lentamente para que, cerrando un tanto la boca, toda la longitud del miembro contrario fuera resbalando entre sus dientes hasta llevarle por completo dentro de su cavidad bucal.
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Mensaje por °Hirari° Vie Mayo 25, 2012 8:03 am

Una vez le vio levantarse opto por dejar ambas manos a los costados de su cuerpo, siguiendo con la mirada las acciones del cliente. Escucho cada palabra que salía de sus labios, sin tener la certeza de si aquella pregunta que empezaba a formular era para él o no. Opto por quedarse en silencio, para luego de ello ser súbitamente volteado y acomodado boca abajo sobre el largo sofá. Ladeo su rostro, recargando la mejilla sobre el suave asiento del sofá así optando por una posición más cómoda y que favorecía a su respiración.

Luego de sentir aquel suave jalón a su cintura; acomodo sus piernas flexionadas para poder obtener un buen apoyo de sus rodillas y dejar su trasero levantado tanto como le era exigido. Trato de levantar un poco sus manos como un simple acto de reflejo pero antes de lograr al menos acomodar sus manos a la altura de sus hombros; esa presión en sus muñecas se hizo presente y sus manos fueron a dar un poco más arriba de su cabeza. Se quedo quieto y sin tratar de forcejear ya que lo único que buscaba era no hacer enfadar al mayor. De manera un tanto sorpresiva su mirada se entrecerró y contario a ello sus labios se entreabrieron para dejar salir libremente un pequeño quejido provocado por la entrepierna del otro que se frotaba con fuerza contra uno de sus glúteos.

Mordió su labio inferior con mínima fuerza, apenas para reprimir un segundo gemido que pedía salir a causa de aquella mano que acariciaba su otro glúteo y que de un momento a otro ahora clavaba sus dedos en el mismo. El que aquel contacto hubiese sido por encima de su prenda le hizo algo más fácil el reprimir aquel gemido sin embargo no podía negar que había sentido pequeñas punzadas de dolor que rápidamente se disiparon. Sin poder evitarlo soltó un pequeño suspiro tras sentir aquella mano que se alejaba de su trasero sin embargo el repentino aire nocturno golpeando la piel de sus glúteos le tomo por sorpresa y es que aunque fuesen cosas predecibles debido a la situación en la que estaba, cada cosa que el cliente hacia le parecía algo repentino. Esta vez una audible queja abandono sus labios cuando su mano regreso a donde anteriormente había estado aunque esta vez clavando sus dedos en la desnudes de su trasero; se encogió de una forma apenas notable tras sentir ese pequeño golpe en el mismo pero más allá de eso no se movió mas, simplemente se quedo quieto, aun temblando un poco sin saber si aquello era de temor o de nervios.

Le fue ordenado que no se moviera y acato aquella orden sin replicar, mantenía sus manos sobre su cabeza aunque jugaba de una manera disimulada con sus dedos; demostrando su nerviosismo y en parte su ansiedad. Una vez sintió aquellos cálidos labios en el inicio de sus glúteos opto por entrelazar sus dedos entre si, para así; cada que las pequeñas caricias de sus labios le hacían querer gemir, poder reprimirse apretando sus manos con fuerza. No podía evitar esos pequeños temblores de su cuerpo provocados por los escalofríos que atacaban su columna vertebral cada vez que los labios y lengua ajenos acariciaban su piel pero al menos trataba de controlarles un poco y no hacerles tan notorios.

De un momento a otro tuvo que abrir un poco sus piernas sintiendo un tenue cosquilleo por lo que parecía ser el cabello del cliente. Abrió los ojos entre una completa expresión de sorpresa y lo siguiente que paso fue que pudo sentir esos cálidos labios que anteriormente se habían “divertido” con la piel de sus glúteos; ahora dándole pequeños roces a su entrepierna. En esos momentos pensaba en lo vergonzoso que le parecía y en que jamás en su vida alguien había tocado en aquella parte tan intima de él y menos de esa manera. Des entrelazó sus dedos y dejando sus manos sobre su cabeza aun, cerro fuertemente estas en forma de puño mientras sentía su propio miembro entrar en la boca ajena. Un prolongado gemido se escapo de sus labios el cual luchaba por reprimir a toda costa pero ese largo sonido parecía querer solo terminar hasta que hubiese terminado con su respiración; el prolongado sonido termino dejando sus labios entreabiertos, sin ningún sonido más que proferir por lo que al instante aquello se convirtió en pequeños jadeos que buscaban reabastecer sus pulmones de aire.

No quería admitirlo pero dentro de la boca ajena podía sentir su propio miembro endurecer, si, y pequeñas corrientes eléctricas parecían atacar cada parte de piel de su entrepierna; placenteros cosquilleos se presentaban sobre la misma y le llevaban a removerse un poco sobre aquel sofá. Se mostraba renuente a los naturales movimientos de su cuerpo que le llevaban a empujarse de manera apenas notable de adelante hacia atrás. De momento no se había preocupado nuevamente por acallar los gemidos que le eran provocados, dejo que estos salieran con libertad de su boca mientras se concentraba para que todos aquellos temblores que sentía, no hicieran que sus piernas flaquearan y terminara dejándose caer hacia adelante.

Opto por abrir sus manos y clavar las uñas en el asiento del sofá, finalmente dejando atrás aquellos pensamientos de pedirle al mayo que se detuviera. Sentía su cuerpo completamente acalorado, como aquellas veces en las que uno tiene fiebre y los padres te cubren con cientos de mantas sin importarles que estuvieras sudando y consumiéndote por dentro. Aquella temperatura suya que se había disparado de un momento a otro le llevaba a algunas veces levantar su rostro para recibir en el mismo un poco de la brisa nocturna aunque luego regresara a ese caluroso lugar entre sus manos que ahora estaba rodeado por lo que en ese momento eran las estorbosas mangas de la yukata.

La placentera sensación de aquella lengua moviéndose contra su miembro le hacía perderse de aquel pequeño mundo en su cabeza donde se discutían todas sus acciones. Los jadeos más por la excitación que por la verdadera falta de aire se hacían mucho más sonoros y estos retumbaban en sus oídos avergonzándole; haciéndole ver que sentía placer al ser tocado de manera pervertida por un perfecto desconocido. Bajo sus manos de arriba de su cabeza y las llevo a cubrir sus ojos mientras cerraba los mismos, pensando que si nadie veía su pudor entonces este no habría existido.
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Mensaje por Eros Dom Mayo 27, 2012 6:19 pm

En su boca, se empezaba a mezclar ese cálido sabor del pre-seminal del menor con el de su saliva. A pesar de tener todo el tronco de su miembro llenándole la boca lograba mover la lengua para darle ligeras caricias directamente sobre esa rosada zona que representaba su glande; en esa sensitiva zona donde con cualquier pequeño tacto lograba arrancarle esos placenteros sonidos de entre sus labio que se adjuntaban al movimiento del cuerpo del pelinegro y que no eran mas que “premios” por cada caricia que él hacia.
Las manos en los glúteos ajenos, no se quedaron ni por un segundo quietas y acariciaban estos con insistencia, subiendo y bajando, apretando y en ocasiones arañando solo un poco para empujarle con mas fuerza con su propio rostro el cual se había empezado a mover de adelante hacia atrás imitando un rítmico vaivén de embestidas, ayudado del empuje que sus manos mantenían sobre el trasero del menor, que le llevaban a acometer con mas rapidez la entrepierna ajena con su boca.
Sentía su propio cuerpo calentarse a pesar de que toda la estimulación de momento era para el pelinegro, no por ello el no dejaba de excitarse poco a poco sintiendo como la temperatura siendo lo primordial, subía y subía, llevando a que los poros de su frente lentamente comenzaran a transpirar y que obviamente en sus pantalones el ligero despertar de su propio miembro le fuera acabando con el espacio, llevándole a sentir esa incomodidad y sensación de estar apretado obligándole a abrir aun mas las piernas buscando de momento un pequeño desahogo ya que ahora, estaba concentrado en aquella labor de tentar al menor con su boca. Sus manos empezaron a hacerse al lado contrario de donde estaban, eso claro sin soltar los glúteos del chico. Ya había empezado a ser mas exigente, su cabeza de empujaba y jalaba con mas rapidez y sus manos se empeñaban en clavarse en la piel de sus glúteos los cuales ahora abría casi con brusquedad tentado a llevar sus dedos a palpar directamente la entrada, la cálida entrada del menor pero en lugar de ello, dio un ultimo apretón mas a sus glúteos y bajo una mano a ayudarle con la estimulación de su entrepierna posicionándola directamente sobre los testículos contrarios donde comenzó de una a apretar, estrujar a presionarles contra su cuerpo como si buscase hundir aquella zona de su anatomía en su cuerpo.
Su otra mano no se quedo quieta y ascendió por la espalda ajena buscando ese cierre oculto en ella que afianzaba sus ropas a su cuerpo y al encontrarlo, jugueteo con el por un momento entre sus dedos, hasta finalmente atraparlo bien entre ellos para sin mas preámbulos, bajarle de un solo tirón. Esa mano no hizo nada mas, aquella había sido su única labor y al momento en su cabeza se echaba hacia atrás para sacar el miembro del pelinegro de su boca la llevo junto con la otra directamente a las estrechas caderas del menor. Basto con una leve movimiento no muy complicado pero si algo brusco. Con las caderas del chico bien afianzadas echo sus manos hacia adelante, teniendo por consecuencia que el cuerpo ajeno se arrastrara por el sofá justo en el momento en que él se empujaba para levantarse, buscando la posición que deseaba. Él sentado y el menor sentado frente suyo con las piernas a los lados de sus caderas.
Tras aquel movimiento tuvo una vista casi inmediata del rostro ajeno y era obvio que en este detonaba el rojo y lo perlado de su piel tras lo reciente. Le miro a los ojos con una sonrisa y sus manos empezaron a trabajar deslizando las mangas del vestido del chico por sus brazos. En eso no iba a ser lento y retiro el vestido del menor de sus brazos, lo desatoro de sus muñecas y finalmente tomo los bordes de la falda de este para sacarlo por encima de su cabeza, dejándole completamente expuesto a su vista.
Sus labios se relamieron incontables veces y ahora tenia ese peso ajeno directamente sobre su entrepierna, causándole aun más presión sobre esa ya de por si, apretada zona. Paso sus manos a la cintura ajena y desde ahí les deslizo con suavidad para finalmente entrelazarlas detrás de su cuerpo, por encima de su rabadilla. Ladeo el rostro hacia ambos lados buscando todas las perspectivas del rostro ajeno y con una amplia sonrisa llevo su rostro a uno de los recovecos del cuello del pelinegro donde comenzó a repartir varios besos, ascendiendo por la piel de él, probando de su cálido sabor hasta finalizar en sus labios, donde arrebato por primera vez dos besos de estos.
Atrapo el inferior de los labios ajenos y mirándole directamente a los ojos jalo su rostro para hacer resbalar esa delicada piel de entre sus dientes para posteriormente acercase al oído del menor y en un pequeño cuchicheo dijo. – Te toca – Tras ello se alejo del oído del menor y alejo una mano de donde le tenia, dejando que la otra se posara sobre la cadera ajena y la que había separado tomara el mentón del chico, en donde con la yema del pulgar acariciaba por debajo de su labio inferior al mismo tiempo que abría lo mas que la posición le dejaba, las piernas.
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Mensaje por °Hirari° Mar Mayo 29, 2012 8:20 am

Llevo una de sus manos a sus labios y la otra le dejo recargada sobre el sofá; dedicándose a morder sus dedos cada que sentía que un sonoro gemido se podía escapar de sus labios. Había empezado a jadear de manera pesada sintiendo las caricias de aquellas manos sobre la piel de sus glúteos. Su rostro estaba perlado en sudor y el resto de su cuerpo igualmente; la humedad de su cuerpo provocaba que la ropa se le empezara a pegar un poco e incluso ya se sentía completamente incomodo con la misma.

En su interior no podía creer que se sintiera tan bien aquella suave lengua restregándose contra la piel de su miembro y glande; Esa rapidez con la que la boca ajena se movía y al mismo tiempo manipulaba su cuerpo con sus manos, todas esas cosas que había temido probar le estaban pareciendo, “atractivas” por llamarle de alguna manera. Un notable temblor se apodero de su cuerpo al sentir aquel roce de los dedos del contrario en su entrada sin embargo lo que le hizo soltar un par de gemidos libremente fue el tacto de una de las manos del mayor sobre sus testículos. Aquella acción del cliente le había llevado a incluso arquear su espalda y echar su cabeza un poco hacia atrás mientras continuamente mordisqueaba sus labios para no gemir de una manera demasiado audible.

Finalmente el jugueteo de la boca ajena sobre su miembro finalizo y luego de ello solo pudo dejarse manipular cual títere por las fuertes manos del mayor mientras aprovechaba aquello para recuperar algo de su respiración. Sus ojos se encontraron con los del contrario y en los propios se podía notar ese toque cristalino debido al agua salada de algunas de sus lágrimas que se habían quedado acumuladas en sus claros ojos. Mantenía la mirada levemente entrecerrada y sin oponerse; se dejo ser despojado de sus prendas e incluso movía sus manos a manera de facilitar aquella tarea.

Aun le miraba con el seño fruncido y ese gesto de vergüenza seguía marcado en su rostro. Un nuevo temblor recorrió su cuerpo pues la brisa nocturna entraba y salía de aquella habitación con libertad y en un momento había sentido la misma golpear contra su cálida piel; erizándole. Se quedo quieto mientras el cliente le observaba sin quejarse por el lugar donde se encontraba sentado y es mas hasta reprimiendo un par de suspiros al sentir en su piel desnuda la despierta entrepierna del mayor. Recargo sus manos en el pecho ajeno mientras que esos besos en su cuello le hacían empezar a suspirar nuevamente y provocaban a que su respiración se agitara un poco de nuevo.

Como pudo trato de corresponder aquellos sorpresivos besos dejados en sus labios y entrecerró un poco más sus ojos al sentir que su labio era jalado por los dientes del contrario. Su poco nerviosismo que se había logrado disipar reapareció tras escuchar aquellas palabras dichas en su oído y por unos instantes se quedo mirando al mayor mientras sentía el abrir de las piernas ajenas y esas pequeñas caricias debajo de su labio inferior. No le costó demasiado entender lo que el cliente pedía, pero sí que le costaba el pensar en cómo lo haría. Por unos segundos dudo y pensó en no cumplir aquella tarea pero ya había “bailado” y había limpiado la piel del otro con su lengua aunque antes no lo hubiese hecho por lo que decidió no negarse ante la petición e intentar cumplir su tarea lo mejor que pudiera como anteriormente había hecho.

Se agarro de los hombros del cliente para poder bajarse de sus piernas y colocarse entre estas, colocándose de momento de rodillas; decidió que era demasiado prematuro el ir directamente a la entrepierna ajena por lo que sin saber si era correcto o no decidió llevar sus labios a uno de los huecos del cuello ajeno para con ellos iniciar un pequeño camino de tímidos besos sobre su piel; que iban desde su cuello, cruzaban por la mitad su pecho y abdomen y finalmente se terminaban justo en el borde del pantalón ajeno. Al llegar ahí se dejo caer en el suelo, abriendo sus pies para acomodar su trasero entre estos y ya en aquella favorable posición llevo sus manos a la cadera del mayor, recorriendo con las yemas de sus dedos toda la costura de su pantalón hasta encontrar sus manos en el centro de la misma. Bajo un poco sus dedos para tomar la hebilla del cinturón del contrario y empezar a desabrochar el mismo terminando por retirarle con cierta rapidez pero con ese dejo de duda marcado en sus acciones. Dejo el cinturón de lado y regreso sus manos a desabrochar el pantalón del cliente, encargándose también de bajar su cierre y empezar a abrir un poco su pantalón.

Sus manos titubearon al mirar el abierto pantalón del contrario y con sus dedos temblando ligeramente por el nerviosismo, llevo los mismos a engancharse en la costura tanto del pantalón como de los interiores ajenos para bajarles lo suficiente como para liberar la despierta entrepierna del mayor. Mantuvo la mirada agachada evitando la mirada del cliente y como si fuese un acto instintivo llevo una de sus manos a la entrepierna del contrario; envolviendo con la palma de su mano la misma. Movió su mano de arribaba abajo por toda la longitud del miembro ajeno y finalmente se dio un poco de valor para acercar lentamente sus labios al mismo. No estaba completamente seguro de lo que haría pero de seguir solo pensándolo el cliente podría cansarse y enfadarse así que; dejando de pensar actuando solo por tal vez… instinto, saco su lengua de entre sus labios para al estar lo suficientemente cerca del miembro del contrario; propinar pequeñas lamidas a la glande del mismo.

Tras aquellas lamidas, abrió los labios lo suficiente como para atrapar la glande ajena entre los mismos, optando por succionar un poco la misma tratándole como un dulce o un helado. De momento solo metía la cabeza del pene del mayor en su boca, sin ir más allá, tomando en cuenta las dimensiones de este para la hora en la que decidiera empezar a meter de lleno el mismo en su boca. Aun se sentía bastante avergonzado y como no estarlo si era la primera vez que hacia aquello sin embargo de momento lo que siempre hacia en aquellos instantes le estaba sirviendo, si; imitar. Saco la glande del mayor de sus labios sabiendo que aun no se sentía preparado para meter de una el miembro ajeno en su boca, por lo que para hacer un poco de tiempo; retiro su mano del tronco ajeno y decidió llevar su lengua por todo este, repartiendo pequeñas y tímidas lamidas e incluso en algún momento empezó a tomar titubeante pequeñas porciones de la piel de el miembro ajeno para propinarle suaves succiones sin el afán de lastimar y hasta dejaba que sus dientes presionaran suavemente aquella piel entre los mismos. Si, debía admitir que se sentía algo pervertido imaginando dulces en su cabeza y lamiendo otra cosa en la realidad; en algunos momentos llegaba a dudar de cómo seguir desempeñando su tarea pero luego de algunas prolongadas lamidas al pene del mayor decidió que era momento de intentar introducir el mismo en su boca y dejar de prolongar la llegada de dicho momento.

Dejo que sus labios rosaran desde la base hasta la punta del miembro ajeno, respirando contra la piel del mismo y dejando que el mayor pudiera sentir lo entrecortado y nervioso de su respiración: La cual si bien no era marcada en su pecho por ese pequeño autocontrol que poseía; eran su respiración y manos quienes delataban las sensaciones que bien trataba de disimular. Abrió un poco más sus labios para nuevamente poder atrapar la cabeza del pene del contrario e ir metiendo la misma en su boca mientras procuraba acariciar con la lengua su glande sin querer; por los nervios presionando la misma entre sus labios con tan solo una mínima fuerza. Fue metiendo de a poco el miembro ajeno dentro de su boca; moviendo de atrás hacia adelante su cabeza pero cada vez que empujaba hacía adelante procuraba meter un tramo más de el miembro del mayor hasta que finalmente el mismo estuvo casi dentro de su boca e invadiendo el inicio de su garganta.

Tuvo que controlar un poco su respiración ya que con aquella parte de la anatomía del cliente en su boca sentía como si de un momento a otro fuera a ahogarse. Empezó A hacer con su cabeza un lento movimiento de atrás hacia adelante, para empezar a meter y sacar el miembro ajeno de su boca pero esta vez yendo con sus labios de la base a la punta y viceversa. Tras unos momentos de llevar aquellos movimientos a un ritmo constante; cada tanto procuraba sacar por completo el Pene del mayor de su boca para así poder soltar un par de jadeos que hacían chocar su aliento contra la glande del cliente y luego de normalizar su respiración que se agitaba al tener el sexo del mayor en su boca, volvía a introducir el mismo en su cavidad bucal de la misma manera en que anteriormente lo había hecho pero ya sin asustarse tanto por las dimensiones del mismo y saltándose sus primeros pasos de irle metiendo de poquito en poquito, esperando realmente estar haciendo un buen trabajo o cumpliendo en parte las expectativas de quien yacía sentado sobre aquel sofá.
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Mensaje por Eros Miér Jun 06, 2012 9:40 pm

Dejo su mano en aquella estrecha cadera del pelinegro y las yemas de sus dedos, contrarias, se bajaron lentamente de su rostro hacia su pecho, trazando un camino lento y pausado de caricias por aquella tersa piel que sentían sus dedos.
Su lengua se asomo levemente a relamer sus labios en varias ocasiones, en respuesta a esa agradable sensación que proporcionaban los labios ajenos sobre su piel y decidió alejar sus manos del cuerpo ajeno, rompiendo con cualquier contacto entre estas y él para dejarle mover como mejor le pareciera. Estaba de cierta manera ansioso por ver que clase de atención le proporcionaría el menor, ya que estaba por demás consiente de que estaba ante un primerizo. Se había establecido el no tratarle de manera especial solo por ser su primera vez intima con un cliente y esa seguiría siendo su regla, mas sin embargo estaba pendiente de cualquier acción que sabía era completamente nueva para el pelinegro.
Echo su cuerpo levemente hacia atrás, empujando las caderas hacia adelante añadido a eso mientras que sus manos se apoyaban en el sofá donde estaba sentado. Sus piernas se abrieron un poco más y una amplia sonrisa apareció en sus labios cuando las pequeñas manos ajenas llegaron a abrir su pantalón. A pesar de que las acciones del menor iban relativamente bien y quizá con algo de lentitud, no podía dejar pasar ese temblor, ese titubeo que tenía entre cada movimiento y eso hacia que su sonrisa fuera un tanto más divertida.
Sus ojos se entrecerraron cuando la mano ajena atrapo su propio miembro y ligero gesto de placer le llevo a turbar aquella sonrisa de sus labios en una mueca de satisfacción cuando aquella mano empezó a moverse. Aquello, debía admitir, era bastante agradable y podía sentir como lentamente la temperatura corporal suya se elevaba así como la ansiedad por mas. Sus manos se cerraron sobre aquel sofá, llevando a que sus dedos se clavaran con cierta fuerza, pues lo cálido de la saliva ajena, humedecía deliciosamente una parte por demás sensitiva de si y por supuesto, no se molesto en contener sonido alguno; de entre sus labios comenzaban a salir suspiros, pequeños jadeos y finalmente uno que otro pequeño gemido provocado por las acciones ajenas que empezaban a ir mas allá de simples y pudorosos jugueteos con la lengua.
Aquella frialdad sobre su miembro al sentir aquella, aunque cálida, respiración llevaron a que su espalda se curvara de manera suave, en un ligero arqueo de la misma y de sus labios salió un gemido ronco que llevo a que su garganta carraspeara un poco. Sus manos se clavaron con más fuerza en el sofá ya que si bien no podía decir que aquello era el mejor “trabajo” con la boca que le habían hecho, podía realmente admitir que si, lo disfrutaba. No era su intención interrumpir los movimientos del menor pero sus manos nunca, por ningún motivo se quedaban quietas y realmente necesitaba el tacto ajeno ante aquella ola de placer que le estaban propinando.
Su mano derecha se quedo apoyada sobre el sofá y la otra se levanto primero hacia su rostro. Basto con un movimiento para echar sus cabellos hacia atrás, con su creciente transpiración, estos empezaban a pegarse a su rostro y aunque no era molesto, sentía que cualquier cosa sobre él, le hacia hervir aun mas la piel. Aquella mano después de cumplir esa labor fue directamente a la cabeza del pelinegro y sobre esta, sus dedos empezaron a moverse para jugar con sus cabellos. Sus dedos se perdían entre aquellos negros cabellos y en ocasiones iban directamente a la frente ajena para levantar los que caían a su rostro, tapándolo de su propia vista. Su espalda se mantenía arqueada y en consecuencia sus caderas se hacían hacia adelante al mismo tiempo que sus piernas se abrían aun mas y aquello quizá no era una idea correcta pero eran actos y movimientos de su cuerpo que buscaban mas de aquella deliciosa boca que empezaba a comerle por completo. Tuvo que contener ese impulso de empujar la cabeza del menor contra su entrepierna para invadir su boca de una, ya que si bien, estaba ansioso quizá desesperado por sentirle completamente pero también debía disfrutar de lo que representaba eso por lo que aquel movimiento lo sofoco únicamente apretando un puño de sus negros cabellos entre sus dedos.
Echo su cabeza bruscamente hacia atrás y un fuerte gemido abandono sus labios, pero a pesar de la nueva posición de su cabeza procuraba mantener la vista en el rostro del menor que ahora se movía en un simulado vaivén imitado por su cabeza. Se mordió el labio inferior con fuerza ya que aunque no era su costumbre el aguantarse sonidos o gestos, el desahogo por instinto de su cuerpo le llevaba eso para controlarse de alguna manera. Aquella mano que apresaba los cabellos del menor empezó a hacer un provechoso movimiento por su parte ya que empezaba a empujar su cabeza con más rapidez de la que el pelinegro llevaba; como se había dicho, no iba a tratarlo como primerizo aunque así lo fuerza, por ello su mano con ayuda del agarre de sus cabellos, le jalaba y empujaba con rapidez contra su entrepierna haciendo de aquel vaivén mas rápido y en cierta manera mas profundo ya que la punta de su propio miembro atinaba un choque eléctrico de placer a su espalda cuando esta chocaba en el paladar ajeno.
Sus piernas le hormigueaban y se tensaban en varias ocasiones entre cada ir y venir de esas simuladas embestidas y sin quererlo sus dedos entre los cabellos negros del menor, se cerraban llevándole a jalar de estos. Si, estaba disfrutando de aquello y mucho, pero no era más que una tentativa previa a lo que realmente deseaba y por mas que lo disfrutara no iba a aguantar mucho para dar el siguiente paso y en cuanto sintió esas palpitaciones corriendo por todo su glande aprovecho el salir de la boca del menor para jalar un poco sus cabellos y terminar por completo de sacar su miembro de la boca ajena.
Jadeaba, jadeaba pesadamente y sentía el calor de su cuerpo como un constante ardor por toda su piel, la cual estaba completamente perlada por su transpiración; casi sentía el correr de las pequeñas gotas de sudor por su frente y como estas se estancaban en sus parpados obligándole a medio cerrar los ojos conteniéndolas ahí y como otras se arrastraban por sus mejillas. Esbozo una torcida sonrisa de placer y finalmente echo un poco el cuerpo hacia adelante para con la mano que tenia apoyada en el sofá, tomar uno de los brazos del menor. –Ven siéntate… – Ordeno con esa voz entrecortada y ronca, turbada por el placer que aun le invadía lo reciente ocurrido y obligo al menor a ponerse de pie jalando de su brazo.
Se relamió los labios y llevo ambas manos hacia la cintura del menor por medio de la cual le acerco hacia él para tener el vientre ajeno a disposición de sus labios dio un par de lamidas en ese lugar probando un poco de su piel antes de girarle repentinamente por el agarre de la cintura que mantenían sus manos y basto con tirar de la misma hacia abajo para sentar al menor directamente sobre su entrepierna. Un nuevo gemido abandono sus labios y ahora su miembro estaba aprisionado entre su pelvis y los glúteos del menor. Opto por llevar solo uno de sus brazos a rodear el cuerpo ajeno ya que solo necesitaba levantarle un poco para poder meter su otra mano en aquel lugar y ubicar su miembro el cual de inmediato coloco entre los glúteos ajenos. Apoyo la frente sobre la nuca del pelinegro y empezó a jadear sobre esa parte de su piel que tenia al alcance mientras que su mano manipulaba su propio miembro para tentar al que tenia en las piernas.
Su mano llevaba a su miembro a subir y bajar tortuosamente por entre los glúteos del menor dándole a su entrada ligeras probadas de la punta de su miembro y en contadas ocasiones dejaba esta sobre ese lugar haciendo apenas una ligera presión, solo para sentir como las estrechas paredes del menor se abrían forzosamente ante aquella invasión que quedaba como una rápida amenaza antes de volver a bajar para rosar con la punta el periné del pelinegro. Bajo la mano dueña del brazo con el que le rodeaba y con ella busco rápidamente el miembro del menor para empezar a estimularle de nuevo.
La palma completa de su mano empuñaba su miembro y comenzó únicamente por subir y bajar lentamente por toda la longitud de este dándole únicamente ocasionales apretones a su glande mientras que por su parte, su otra mano continuaba tentándole, quizá amenazándole con penetrarle; pero de momento solo era eso, una amenaza para disfrutar de las reacciones del cuerpo ajeno sobre el suyo. Dio un par de rápidas lengüetadas a la nuca ajena y con su lengua se deslizo de ese lugar al hombro del chico donde empezó a dejar su huella con varias mordidas que iban y venían de su hombro a su cuello en donde también había comenzado a repartir pequeños besos sobre cada huella carmín que sus dientes dejaban.
Levanto el rostro para apoyarlo en aquel hombro que marcaba y empezó al mismo tiempo a masturbar al pelinegro. Se había encargado de tentarle lo suficiente y ahora su mano había dejado ubicado su propio miembro en la entrada del menor para dirigirse rápidamente a la boca ajena. En ese lugar y sin previo aviso metió un par de dedos, el índice y el medio precisamente y se ayudo de una presión con su mano que yacía en la entrepierna del menor y de un empuje por parte de sus caderas para penetrarle de una sola estocada. Tenso las piernas y en su garganta quedo un fuerte gemido que se ahogo como un carraspeo al sentir el estrecho interior del pelinegro aprisionándole. Se quedo quieto ese momento, únicamente disfrutando de esos deliciosos espasmos de la entrada del menor y sus dedos en la boca de este empezaron a moverse para jugar con la lengua de él mientras que su mano llevaba la masturbación en su miembro a una nueva velocidad, casi frenética y lentamente sus caderas empezaron a moverse para comenzar a bombear hacia la entrada del menor en un rítmico y lento vaivén de embestidas.
Eros
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Mensaje por °Hirari° Lun Jul 30, 2012 7:21 am

La mano del mayor en su cabeza le hizo empezar un vaivén mucho más rápido del que el había estado llevando. Trataba de controlar su respiración y dejar que la mano del más alto manejara su cabeza procurando seguir los jalones o empujes de su mano para que los mismos no llegaran a lastimarle. Finalmente un tirón de su cabeza provoco que el miembro ajeno saliera de su boca por completo a lo cual inmediatamente empezó a soltar pequeños jadeos provocados por su reciente acción. Observo tímidamente el rostro del contrario y aprovecho esos breves instantes de “descanso” para recorrer con la punta de su lengua sus propios labios, limpiándoles de los restos de pre-seminal que el miembro del cliente había dejado en sus labios.

Se sintió aun mas intimidado por aquella sonrisa que se formaba en el rostro del contrario y así como una de las manos del mismo lo demandaba se puso de pie. Escucho la orden del cliente pero no la acato enseguida ya que las manos ajenas acercaban su cuerpo al del mayor y este había comenzado a dejar algunas lamidas sobre la piel de su vientre. Tras aquellas sorpresivas lamidas se vio obligado a darse la vuelta y quedar de espaldas al cliente y aunque predecía lo siguiente que pasaría, no pudo evitar que su cuerpo dieran un pequeño brinco sobre el ajeno ya que al sentir ya directamente el miembro del contrario contra sus glúteos ese miedo que en un principio había sentido se reiteraba.

Ladeo el rostro para observar al contrario por sobre su hombro aunque no tardo mucho en perderle de vista pues la húmeda frente del más alto se había ido a recargar sobre su cálida nuca. La respiración ajena golpeando su piel provoco que su cuerpo temblara con intensidad sobre las piernas del cliente y pequeños aunque temerosos quejidos se escaparan de entre sus labios al sentir como el mayor manipulaba su propio miembro paseándole por entre sus glúteos, tentándole aunque más que nada asustándole. Su cuerpo se empujaba en contra de el del cliente y su cabeza se movía de un lado a otro negando sin que sus labios pudieran proferir más que pequeñas quejas y jadeos cada vez que la punta del miembro ajeno era apenas presionada contra su entrada.

Una vez que la mano dueña del brazo que le rodeaba bajo lo suficiente como para tomar su miembro; no pudo evitar el llevar una de sus manos a presionar el antebrazo de aquella mano que no hacía más que provocarle y si, subir el libido que su cuerpo sentía. Estaba algo sorprendido de las reacciones de su propio cuerpo, de esas sensaciones inexperimentadas que ahora le hacían sentir bien y desear más de ellas. Por un lado temía al inevitable momento de ser penetrado y por otro lado no paraba de preguntarse cómo se sentiría aquello. Sus ojos se mantenían entrecerrados a causa de las mordidas y movimientos del mayor y esos continuos quejidos cada vez eran más difíciles de controlar. Estaba a punto de perder lo que por un largo tiempo había cuidado y lo peor es que iba a ser con un completo extraño que se dedicaba a tentar su inexperto cuerpo. Su mirada se desviaba hacia todos lados, recorriendo la habitación intentando distraerse un poco de la incesante ansiedad que le era provocada y gracias a ello fue que la acción del cliente de introducir aquellos dedos en su boca le tomo por sorpresa.

En principio tuvo como instinto echar su cabeza hacia atrás y sacar aquellos dedos de su boca pero evito aquello porque sabía que podía ser tomado como un atrevimiento… una…desobediencia. Aquella acción suya de controlar ese acto de instinto le hizo distraerse de tal modo que el empuje de su cuerpo contra el del mayor le tomo por sorpresa; algo que provoco que intentara soltar un sonoro gemido aun con aquellos dedos en su boca. La repentina entrada del mayor en su interior había traído consigo un mar de sensaciones que en su mayoría y en principio le conducían al dolor y por ende le habían hecho soltar un par de lágrimas como forma de desahogo. Clavo sus pies en el suelo tratando de no removerse demasiado y también de evitarse así mismo el salir corriendo de allí. Mientras aquellas contracciones de las paredes de su entrada ocurrían con continuidad y fuerza, lo único que pudo hacer que no involucraba gemir; algo que no podía hacer libremente, fue morder aquellos dedos que de cierto modo le silenciaban. Continuo con sus dedos clavados con cierta fuerza en el brazo ajeno y con aquellos segundos en los que el otro se había quedado quieto, se había planteado el intentar relajarse un poco y dejar que aquellos dedos que insistían en juga con su lengua, se movieran libremente sin embargo sus esfuerzos se veían obstaculizados por el nuevo ritmo impuesto por el mayor al masturbar su miembro.

Sus piernas se cerraron con cierta fuerza, apretándose y frotándose entre si, buscando un pequeño desahogo para todo lo que su cuerpo sentía en ese momento. Sus ojos se cerraron por completo en cuanto el vaivén de embestidas comenzó y a pesar de ser algo lento no terminaba de asimilar las sensaciones que una sola embestida causaba a todo el resto de su cuerpo cuando una segunda venia a reiterar aquellas sensaciones. Como un puro acto de instinto llevo su mano libre hacia atrás, buscando recargar la palma de su mano en parte de abdomen ajeno sin poder evitarlo creando cierto espacio entre ambos cuerpos, usaba aquella mano como un simple apoyo y al mismo tiempo para reprimirse esas ganas que aun sentida de alejarse por completo del otro. En la piel de la palma de su mano sentía la húmeda piel del abdomen del mayor e incluso el esfuerzo que aquella persona hacia al empujar sus caderas contra su cuerpo. Por otro lado, de la comisura de sus labios sentía el escapar de un delgado hilo de saliva, culpa de aquellos dedos que jugaban dentro de su boca y por supuesto de que la tarea de tragar saliva había sido casi por completo olvidada por las funciones de su cuerpo ya que el mismo pensaba en que controlar sus gemidos ahogados era una acción prioritaria.

El sudor que perlaba su cuerpo escurría en forma de gotas por ciertas partes de su cuerpo y justamente su cuello era donde su propia saliva se mesclaba con su sudor, dejándole con la incógnita de cual sería cual. La incesante e inevitable presión de las paredes de su entrada sobre el miembro ajeno le hacía parecer aquel contacto ya de por si demasiado cercano, aun más intenso de lo que debería ser, aunque realmente no tenía idea de cómo debería ser, eso era algo que solo podía deducir o pensar. Sentía el arder de su piel al contacto de la ajena y en repetidas ocasiones había pretendido abrir sus ojos y perderse en el inmenso paisaje que se podía ver desde aquella habitación, sin embargo el dolor que aun persistía por la repentina penetración le llevaba a seguir con sus ojos fuertemente cerrados, tratando de evitar algunas lagrimas y deseando dejar su debilidad atrás; aquellas sensaciones dolorosas terminaban en placenteros choques eléctricos que recorrían su cuerpo y aun así temía continuar con aquello.
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Mensaje por Eros Mar Ago 21, 2012 10:03 pm

Empezó lento si, pero tras cada empuje de sus caderas, el siguiente iba mas rápido, con mas fuerza y con la intensión de que las paredes de aquel cálido lugar volvieran a cerrarse con fuerza, aprisionándole, arrancándole un par de gemidos que fueron a ahogarse sobre la palidez de la piel del menor. Levanto la vista hacia el perfil de su rostro que alcanzaba a ver y esa expresión que resguardaba dolor y empezaba a mezclarse con el placer que lentamente le iba propinando al contrario y sobre la mejilla del pelinegro dio un beso seguido de un pequeño chupetón que apenas sonó un poco.
Por su parte no quería ni veía necesario en contener sonidos o acciones instintivas de su cuerpo para manifestar y desahogar el placer que sentía, placer que al parecer se volvía aun mas intenso conforme los segundos avanzaban. Los dedos de sus pies se crispaban y en ocasiones parecían hundirse sobre el suelo tratando de enterrarse en ese lugar mientras que por su parte, de entre sus labios salían gemidos y alguno que otro sonido ahogado en su garganta; su rostro se agacho un poco y mientras movía los dedos dentro de la boca ajena, refregándoles con insistencia sobre la lengua, empapándolos de saliva, mantenía sus labios ocupados sobre la parte baja del hombro contrario en donde tras repartir algunos besos comenzó a dar pequeñas mordidas marcando nuevamente su piel con huellas apenas carmesí que iban desapareciendo de apoco.
Obviamente, durante ese tipo de “encuentros” no estaba para nada acostumbrado a que su compañero fuera alguien pasivo que le dejara todo el trabajo a él. Dar y recibir, era a lo que estaba acostumbrado y aunque consideraba la inexperiencia del pelinegro no iba dejar pasar por alto el enseñarle algo, al menos para que no solamente fuera él quien se moviera. Saco los dedos de la boca del más bajo y los llevo a la suya para limpiar la humedad de la saliva ajena antes de apoyar su mentón sobre el hombro ajeno. En aquel lugar ladeo el rostro para poder hablar directamente sobre su oído; eso claro, sin dejar de lado sus acciones, ya que seguía bombeando sus caderas, ahora más rápido, para embestirle y por su parte la mano sobre su miembro había comenzado a apretujar el glande de este únicamente.
-Pon atención…- susurro y volvió a ladear el rostro, esta vez para apoyar la mejilla sobre la contraria. Empezaría con algo simple, al menos para él ya que estaba por demás seguro de que para el pelinegro seria quizá difícil por su carencia de experiencias dentro de ese ámbito. Soltó el miembro ajeno de entre su mano y llevo ambas de estas hacia las rodillas del menor y con estas bien afianzadas entre sus manos, abrió con brusquedad sus piernas y las acomodo de manera de que quedaran bien apoyadas sobre el suelo y entre las propias. – Así….- Dijo y elevo sus manos hacia las manos del menor las cuales tomo por las muñecas y comenzó a manipularlas para guiarlas hacia sus propias rodillas. – De aquí te apoyas…-
Dijo y esta vez llevo sus manos hacia las caderas del menor para afianzarlas con fuerza. – Y simplemente…- Levanto el cuerpo del menor para que su propio miembro se deslizara por su entrada y lentamente lo fue bajando para entrar de nuevo. Un pequeño gemido salió de entre sus labios cuando la punta de su miembro atravesó la resistencia de su entrada y llego tan profundo como se le permitía de momento pero sin prestar atención simplemente continuo manipulando el cuerpo del contrario por las caderas, subiendo y bajando sobre su propia entrepierna, yendo de apoco mas rápido, y fuerte, jalándole con cierta brusquedad para volver a sentarle. –Así… ¿Lo vez?...- Ya no movía sus caderas al tiempo de aquello y por un segundo dejo quieto el cuerpo del pelinegro para decir…- Así, si lo hacemos al mismo tiempo…-Levanto las caderas del chico nuevamente y al tiempo que les jalaba empujo las suyas con brusquedad logrando que esta vez un verdadero y sonoro gemido saliera de entre sus labios ya que aquello le había llevado a dar un pequeño golpe a la próstata del menor… - Se siente mucho mejor ¿No lo crees?...-Sonrió con ladina y volvió a levantar el cuerpo del pelinegro solo que esta vez lo hizo para salir completamente de él.
Le obligo a ponerse de pie y una vez hecho, tomo una de sus manos para acomodarle de frente hacia si. – Ahora, tu solito, da la vuelta, acércate de nuevo y siéntate para que te muevas como te e enseñado…- Le dedico una pequeña sonrisa al menor y soltó su mano para luego echar ambas de ellas hacia atrás y apoyarlas sobre el sofá donde estaban al tiempo que abría las piernas para darle completa disposición al contrario de hacer lo que le había ordenado.
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Mensaje por °Hirari° Dom Nov 18, 2012 9:11 am

Entreabrió sus ojos y empezó a respirar de manera jadeante luego de que su boca se hubiese visto liberada de los dedos ajenos. Retiro una de sus manos de donde le tenía y con algo de dificultad llevo la misma a su rostro para con el dorso de la misma limpiar aquellos delgados hilos de saliva que escurrían de las comisuras de sus labios. Tras ello se relamió los labios un par de veces limpiando de estos los restos de su saliva y del sabor de la piel ajena. Ladeo un poco su rostro al sentir ese ligero peso en uno de sus hombros y puso especial atención a las palabras del mayor ya que entre el sonido de sus propios jadeos temía que las palabras del cliente fuesen a ‘perderse’.

Asintió ante la orden del otro, pensando por otro lado que aquello que pedía sería algo difícil con ese ritmo que llevaba al embestirle. Soltó un prolongado suspiro luego de que el cálido tacto de la mano ajena abandonara su miembro, aquello le permitió bajar la fuerza con la que cerraba sus piernas y relajarse tan solo un poco. Aquello facilito la acción del contrario, que ahora le provocaba el soltar una pequeña queja por la brusquedad de aquellas manos al tirar de aquella manera de sus piernas. Pensó que de haberlo pedido el habría cedido a abrirlas pero el hubiera no existía. Se avergonzó de aquella posición que de algún modo le hacía sentir completamente expuesto aunque técnicamente ya lo estaba y observo sus manos al ser manipuladas por el contrario, notando como el destino de las mismas eran las rodillas ajenas.

Dejo sus manos suavemente recargadas sobre las mismas mientras ponía cuanta atención podía a los movimientos y las jadeantes palabras del mayor. Un gesto de placer se formo en su rostro al sentir su cuerpo ser movido sobre el ajeno, provocando que el miembro del contrario se deslizara en su interior hacia afuera y nuevamente hacia adentro. Ya no tenía que reprimir gemidos podía soltarlos con completa libertad, su cuerpo era manipulado por las manos ajenas, las cuales le hacían subir y bajar sobre las piernas del más alto, entre aquellos movimientos se vio obligado a presionar las rodillas ajenas con suavidad sin el afán de hacer daño pero si pensando en desahogar un poco ese placer que le empezaba a embargar.

“al mismo tiempo” fueron las últimas palabras que escucho antes de soltar un sonoro gemido y sentir como su cuerpo temblaba completamente mientras era recorrido por cientos de escalofríos en todo su cuerpo. Tras aquel gemido y luego de toda aquella agitación, se sentía como si hubiera pasado mucho tiempo debajo del agua y ahora emergiera de la misma para tomar algo de aire, su respiración era agitada y a pesar de aquello aunque esa voz del contrario trataba de perderse, aun alcanzaba a escuchar sus palabras como un lejano eco. Ante la interrogante del contrario a penas logro asentir con su cabeza, pues las palabras no lograban salir de sus labios. De manera repentina se vio obligado a levantarse, dejando que el miembro del cliente saliera de su interior y soltando una pequeña queja por ello. Ya se habia acostumbrado un poco a sentir al contrario dentro de si y justamente luego de acostumbrarse se veía forzado a romper con ese “contacto”. Sus piernas temblaron al momento de ponerse de pie, cada parte de su cuerpo temblaba completamente debilitada por el placer que hacía apenas unos instantes le habia empezado a dominar.

Se dejo manipular para quedar de frente al mayor, avergonzándose bastante luego de escuchar la petición del contrario ya que no solo tenía que posicionarse en las piernas del contrario sino que también tendría que acomodar nuevamente el miembro ajeno en su entrada y dejarle adentrarse en su interior de nuevo. Aquella idea le hacía sentir algo de pánico, también lo llenaba por completo de pena, no quería descubrir e indagar en ese “sucio” lado suyo si es que tenía uno. Se mordió los labios con cierto nerviosismo mientras pensaba que tenía que hacerlo, desde hacia varios minutos aquello ya no tenía vuelta atrás. No haber evitado aquello le enfadaba, le hacía sentir terriblemente mal pero de momento no habia espacio para la culpabilidad.

Finalmente se decidió y empezó a dar un par de pasos titubeantes que le colocaron entre las piernas ajenas, se giro lentamente sobre su eje hasta quedar de espaldas al cliente y aunque dudo un poco, término por irse agachando de poco a poco hasta quedar medio sentado sobre la entrepierna ajena. Se encogió un poco al sentir el miembro ajeno atrapado entre sus glúteos y el pubis ajeno, decidió que su siguiente acción era algo que no quería ver, le apenaba demasiado como para estar completamente “consiente” así que cerró los ojos con un poco de fuerza, bueno, tan solo la suficiente para mantener sus ojos así; cerrados y entreabrió levemente sus piernas mientras llevaba una de sus manos a meterle entre las mismas, guiándola por entre sus muslos hacia la parte de sus glúteos, levanto un poco su trasero y algo titubeante tomo el miembro ajeno en una de sus manos para acomodar la punta del pene ajeno justo sobre su entrada, presionando la glande del contrario contra el anillo de su ano de manera prolongada.

Tras ello lentamente empezó a dejar que aquella parte del mayor entrara nuevamente en su interior, soltó el miembro ajeno para que su mano no ‘estorbara’ y se dejo caer sobre la entrepierna del mayor lentamente hasta sentir en la piel de sus glúteos la pelvis del contrario. Un par de gemidos se escaparon de sus labios al sentir al instante esas contracciones de las paredes de su entrada que nuevamente trataban de acostumbrarse a aquella intromisión y de acoplarse al miembro del contrario. Dejo pasar algunos segundos sin moverse antes de empezar a acomodarse como el mayor le había… ‘enseñado’. Sin poder creerlo, empezó a abrir sus piernas hasta sentir en la piel de los costados de ambos muslos, la piel interna de los ajenos. Estiro titubeante sus brazos y entreabrió los ojos muy brevemente tan solo para visualizar las rodillas del cliente y poder poner en cada una de ellas sus manos.

Se inclino un poco hacía adelante y se ayudo del apoyo en las rodillas del contrario para levantar sus caderas dejando que el miembro ajeno se deslizara unos cm hacia fuera de sí, para luego dejarse caer de golpe e introducir de nuevo y por completo del miembro ajeno. Echo su cabeza hacia atrás y soltó un audible gemido mientras que sentía más de esos escalofríos recorrer su cuerpo. Inconscientemente clavo sus dedos en las rodillas ajenas para darse algo más fuerza y así poder repetir aquel movimiento tratando de poner un ritmo regular entre acción y acción.
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Mensaje por Eros Miér Dic 19, 2012 2:41 am

En aquel punto no tenía que hacer nada más salvo esperar el cumplir de su última orden. Sus ojos, gustosos recorrieron la silueta de espaldas del pelinegro. Aquella agradable y por demás exquisita vista de su cuerpo fue escudriñada por sus ojos que subían y bajaban lentamente. Sus manos estaban apoyadas tras su espalda y pese a que él no se movía, sus ansiosos dedos tamborileaban el asiento de aquel largo sofá donde estaba. Estiro un poco las piernas y les abrió lo último que marcaba el límite de sus músculos invitando al menor que se acercaba titubeante hacia sí.

Ciertamente estaba más que ansioso y sentía claramente como su miembro daba pequeños respingos entre cada palpitar. Se relamió los labios un par de veces y ladeo el rostro siguiendo con la mirada los glúteos ajenos que se perdían sobre su piel y apretaban su miembro de una manera deliciosa obligándole a gemir ligeramente. No quería irrumpir con el llevar a cabo de su orden pero al tener nuevamente cerca aquella piel tan llamativa sus labios no pudieron contenerse a acercarse para dar sutiles besos. No era de ser suave, con nadie. Muy pese a que realmente lo haya meditado para actuar con el pelinegro su intención era la de enseñarle a que hiciera lo que le gustaba y como le gustaba que fuera hecho. Seria paciente sí, pero también muy exigente y aunque la personalidad del contrario era más tímida que complaciente de momento, se las ingeniaría más que bien para que este, cumpliera con sus expectativas.

-Buen chico…- Musito con una ladeada sonrisa en los labios para sí. Un nuevo jadeo se escapó de sus labios y aunque empezaba a sentirse impaciente, espero a que el menor actuara mientras que por su parte se encargaba de desahogar de alguna forma aquella impaciencia dando pequeños besos aun sobre su espalda que ascendía de a poco hacia sus omoplatos y seguidos de ellos a su nuca. Justo al momento en que sus labios llegaron a aquel punto oculto entre mechones azabaches de su cabello, aquella pequeña mano se encargaba de manipular deliciosamente su miembro obligándole a gemir sobre aquella piel, agitando con su respiración cada vez más entrecortada aquellos delgados cabellos. Relamió sus labios nuevamente y cuando la punta de su órgano se pegó a aquel anillo de musculo sus dientes se asomaron hacia la tierna carne de su nuca la cual tomo entre ellos en una ligeramente recia mordida.

De a poco, fue echando el rostro hacia atrás arañando aquella porción de su piel con los dientes y sobre aquella rojiza huella dio una descarada lamida que prolongo hasta la raíz de los cabellos de esa zona. Esa misma tierna piel que sus labios atendían con pequeñas succiones ahora, se encargaba de amortiguar sus gemidos entre el avanzar de su miembro en aquel estrecho lugar que representaba el interior del contrario. Podía sentir su órgano apretado, abriéndose paso por aquellas paredes que le atrapaban herméticamente y cuando sus rodillas fueron atrapadas por aquellas delicadas manos sonrió con malicia al ver que su orden se ejecutaba como lo había impuesto.
Uno tras otro, sus gemidos abandonaban sus labios y aunque su cabeza estuvo más que tentada a echarse hacia atrás, opto por empujar su rostro hacia adelante, apoyando la frente sobre la nuca ajena. Su respiración iba y venía con desesperación y no se molestaba en absoluto en jadear y gemir tanto como el menor le provocaba, por el contrario, dejaba que gemidos silbantes y sonoros salieran de ente sus labios sin reprimir alguno. Sus dedos se apretaron contra el asiento de aquel sofá y aunque sus manos estaban más que ansiosas por invadir aquella piel ajena, se mantuvieron en su sitio por un largo rato, esperando el momento en que el pelinegro también requiriera un poco de atención o mejor dicho… medito mejor aquel pensamiento y de inmediato tuvo una buena idea.

Sonrió con ladina y arrastro sus labios de la nuca hacia el hombro ajeno donde volvió a morder antes de apoyar su mentón sobre este. Con el ligero girar de su rostro, sus labios alcanzaron la mejilla ajena y dieron una lengüetada a esta, probando de su piel caliente y perlada de su transpiración. Aquel delicioso salado que se mezclaba con su saliva le hizo relamerse los labios un par de veces. –Muy bien… haz hecho bien y no vas mal…- Elogio de principio al contrario y sus manos se movieron con calma hacia la cadera ajena para que cuando este volviera a sentarse sobre su miembro, detener cualquier movimiento de momento.- Ahora te enseñare otra cosa…- Menciono y enseguida dejo que solo una de sus manos sostuviera la cadera ajena, manteniéndole quieto mientras que su mano suelta se iba directamente al miembro del más bajo.

Sus dedos se ovillaron directamente sobre el glande y otorgaron un ligero apretón que se mantuvo por un instante en una presión que se deslizo lentamente hacia la base de su miembro.- Por supuesto, podría dejar que continuaras haciendo únicamente lo que te he enseñado primero… pero no soy egoísta en lo que al placer se refiere y si te portas y lo pides correctamente te daré todo el placer que tú me otorgues con creces…- Explico al menor con calma y su pulgar se elevó un poco hacia el glande nuevamente al cual atendió con pequeñas presiones y frotes antes de avanzarlo hacia el pequeño orificio de la punta de su miembro. Su pulgar se engarruño entonces con cuidado y dio varias presiones a aquella pequeña hendidura de su órgano antes de empezar a masturbarle con calma.
Así como su mano sobre el miembro ajeno, la de su cadera le indico con un movimiento que podía empezar a moverse de nuevo y le guio en un principio de arriba abajo en aquellas regulares embestidas y al ritmo de estas su mano se movía sobre el miembro del pelinegro.- ¿Lo ves? Eso ahora está mucho mejor… ¿No lo crees? No solo disfruto yo, si no tú también… -Afirmo con voz pasible y lentamente empezó a hacer más rápidas las embestidas moviendo al tiempo de ellas su cadera con la que empezó a bombear hacia arriba paulatinamente. Nuevos gemidos le abandonaban los labios y agacho el rostro posando los labios en la unión de hombro con cuello ajeno en donde se encargó de propinar pequeñas mordidas a las que seguía con succiones y lamidas ahogando sus deseos de gemir más sonoramente.

Observo con la vista nubosa aquellas pequeñas huellas que le dejaba al menor sobre la piel y dio un beso a cada una de ellas antes de continuar explicando.- Bueno, esto ha sido… un pequeño premio por corresponder bien la enseñanza y ahora… atenderás la que sigue de la misma manera… si no… te haré empezar de nuevo… desde que me atendías con tus lindos labios… volverás a repetir todo…si no lo haces bien…- advirtió al más bajo y rompió con cualquier contacto echando su espalda hacia atrás, llevando sus manos tras de él nuevamente para apoyarlas en el asiento del sofá. – Sigue…continua así…pero hazlo más rápido, luego suave… así con esa rutina y cuando desees que te atienda… cuando no puedas soportar más sin que te toque… lo pedirás, me pedirás que te toque nuevamente por favor…- Sentencio sin más y ladeo su rostro. Su cabeza estaba ligeramente hacia atrás y emprendió nuevamente aquel bombeo de su cadera hacia los glúteos del menor y relamió sus labios un par de veces, ansioso por escuchar la voz del pelinegro tan tímida pidiéndole aquello que le había ordenado.

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