Habitación Hina

Un día tranquilo era lo que al parecer tendría, aquella noche tenía un… servicio especial, por decirle de alguna forma. La cita seria alrededor de las 8 de la noche con un cliente a quien solo había visto de lejos un par de veces, había acordado nuestro encuentro a esa hora para no hacer que el cliente se viera en la necesidad de llegar muy temprano, para mí la hora perfecta era a las 8 momento en el que el moulin se empezaba a llenar y los clientes y empleados ya estaban entrados en el ambiente.
Pase parte de la tarde ayudando con tareas sencillas de limpieza para luego alrededor de las 6:30 regresar a mi habitación a darme un baño y elegir algo bonito y presentable para la ocasión además de que… bueno a mi siempre me gustaba verme bonito no necesariamente para llamar la atención de los clientes pero era una manía que desde hacía un tiempo tenia. Al final termine eligiendo un hermoso vestido en color negro que muy pocas veces había usado ya que ese color en particular; a mi me parecía que hacía que mis rubios cabellos se notaran demasiado y a veces eso no me agradaba ya que mi misión en realidad era esconderme de los clientes y evitarles sin embargo aquella noche nadie iba a verme más que la persona a la que se suponía debía esperar en mi habitación.
Retire la toalla con la que había cubierto mi cuerpo tras salir del baño, me coloque rápidamente mi ropa interior y tome el vestido para pasarle por encima de mi cabeza al tiempo que metía mis manos en las cortas mangas del mismo para que estas resbalaran por toda la extensión de mis brazos hasta caer sobre mis hombros. Me coloque frente a el espejo para acomodar el cuello y mangas del vestido y como el mismo se abría por la parte frontal del torso solo hasta la cintura; lleve ambas manos a abotonar cada uno de los pequeños botones negros de la prenda hasta terminar de cubrir mi pecho y llegar a ese pequeño botón justo al pie de mi cuello. Me coloque el pequeño collar que el vestido llevaba como juego y le acomode ocultando la cadenita bajo el cuello del vestido pero dejando que el dije se viera al colgar un poco más abajo del cuello.
A decir verdad era un hermoso vestido; me senté en la orilla de la cama para colocar uno de mis mayores problemas con ese vestido: esos eran los altos zapatos que debía colocarme, por su puesto bonitos y bastante femeninos pero mi torpeza siempre era algo que me hacia evitar los zapatos demasiado altos. Ya una vez que había acomodado lo último del vestuario me levante con cierto cuidado para frente al espejo de cuerpo completo observar que la ropa estuviera bien acomodada y seguido de ello pase a recoger mis rubios cabellos en dos altas coletas, las cuales tenían cierto volumen por lo rizado de mi cabello.
Mire el reloj de pared que tenía en la habitación y ya marcaba el cuarto para las 8, pronto llegaría mi “visita”. No me moleste en dar demasiadas indicaciones acerca de donde estaba mi habitación ya que todos los clientes sabían que las habitaciones de los empleados estaban en el primer piso del moulin y además al subir las escaleras le había mencionado al cliente que estaría un chico que le guiaría por los pasillos hasta mi habitación; aunque esta estaba bastante cerca de las escaleras así que no tendría ningún inconveniente para llegar.
Estaba nervioso, si, ya que no sabía muy bien que tantas cosas se le ofrecerían además de que a mí me parecía extraña la petición del cliente sobre el lugar de nuestra cita. Sin poder evitarlo me empecé a pasear por la habitación, con mucho cuidado claro está, sin poder quedarme quieto sabiendo que faltaban tan solo un par de segundos para que mi visita entrara por aquella puerta de mi habitación; la cual había dejado convenientemente sin seguro.

Había empezado a jugar con mis manos mientras caminaba despacio de un lado a otro y mantenía mi mirada fija en el suelo casi escuchando como el segundero en el reloj de pared se iba moviendo de poco a poco.
Finalmente entre que andaba un poco ensimismado en mis pensamientos una voz resonando en la habitación logro sacarme de los mismos y devolverme a la realidad. Me gire un poco para dirigir mi vista hacia la puerta de mi habitación y dedique una tímida sonrisa a quien yacía parado cerca de la misma.
-Buenas noches Hakuei sama.-
Conteste ante el saludo del cliente e hice una tenue reverencia marcada por el inclinar de mi cabeza en la dirección de aquel hombre. Justo llevaba mis manos a recargarles sobre mi abdomen cuando escuche de nuevo la voz de mi acompañante mientras sus manos se extendían en mi dirección con aquella bonita caja sobre las mismas. Mientras terminaba de acercarme con un par de pasos a el cliente dije con cierta timidez en mi voz.
-No tenía que haberse molestado… pero gracias por el regalo…-
Tome la caja en mis manos para luego acercarme a la cama con la misma y sentarme en la orilla de esta dejando la caja sobre la cama para desamarrar aquel listón y abrirle, haciendo aquello solo para dar una breve mirada a lo que había dentro.
No pude evitar que un gesto infantil de cierta emoción por aquel bello vestido dentro de la caja; se marcara en mi rostro y sin tenerlo contemplado dije en un tono con cierto dejo de asombro.
-Vaya es un detalle muy hermoso… nuevamente gracias…-
Levante el rostro y dedique una sonrisa mucho más amplia al cliente antes de levantar una de mis manos señalando un lugar no muy alejado del mío en la orilla de la cama mientras hablaba para hacer una pequeña invitación.
-¿Le gustaría sentarse?-
Aun no tenía en mente preguntar por los planes del otro ya que sabía que a su tiempo los conocería así que solo me deje llevar por el presente~.