Paint it Black [Libre]

Necesitaba un respiro.
Había tenido un día bastante estresante y ahora se encontraba frente a una de las mesas de su oficina, meditando todo lo que había ocurrido; estaba haciendo lo posible por ayudar a su cliente no era un caso difícil una riña entre empresarios parisinos y su cliente había sido el causante. Claro eso pudo haber pasado como si nada pero contra quien se enfrentaban era un hombre delicado y engreído que no dejaría pasar tal osadía y justo cuando tenia las de ganar su cliente se dejo llevar por las palabras del contrario. Eso le llevo a estallar en cólera y maldijo en la corte lo cual era una grave falta de respeto.
Problemas. No, definitivamente no le gustaban los problemas de clientes como el que tenia ahora y eso logro tensarle en mas de una manera. Quería salir rápido de ahí no era su costumbre estar de mal humor ni quería estarlo así que pido aplazamiento del caso poniendo una excusa sin importancia. Para su suerte le dieron esa oportunidad y alrededor de las cinco de la tarde pudo abandonar el lugar. Regreso a su casa, vaya que necesitaba un buen baño de agua fría y durante este medito lo que haría después.
No quería estar encerrado eso solo le haría sentirse mas tenso así que opto por buscar un lugar para ir. Al salir de la ducha, rebusco en sus cosas y de su billetera obtuvo la tarjeta que necesitaba. La del Moulin Rouge. Hizo una llamada rápida al lugar, nada extravagante, una reservación en un lugar al aire libre de ahí; nunca había estado en ese sitio en sus anteriores visitas pero en ese momento era justo lo que necesitaba. Antes e finalizar la llamada, lo medito un momento ¿Compañía o no? Quería un momento tranquilo y dudaba que con alguien a su lado lo tendría realmente le apetecía solo el ir a beber algo, relajarse en el sitio y volver no muy tarde a casa, pero así como esa pregunta llego una nueva apareció ¿Por qué no? Si, porque no, realmente no tenia una escusa para no desear la compañía y servicios que en el cabaret se ofrecía. Así que si, si ordeno compañía. Licores, algo para acompañar y un empleado o empleada, específicamente tranquilo, no quería uno de esos que se la pasan parloteando, ni uno que fuera atrevido no estaba de humor para tratar a los de esa clase y eso lo dejo muy claro antes de finalizar la llamada.
Se vistió con lo que él consideraba ligero. Una camisa delgada tinta de manga larga, aunque doblaría las mangas hasta dejarlas por debajo de sus codos. Doblo perfectamente el cuello y abrocho los botones hasta la mitad dejando solo tres de abajo a arriba sin cerrar. El final de su camisa iba dentro de su pantalón negro y liso al igual que sus zapatos del mismo color. En su mano izquierda llevaba un reloj no muy vistoso de color plata y finalmente una cadena a su cuello que era claramente visible gracias a lo abierto de su camisa. Dejo sus rubios cabellos alborotados como era su estilo y una vez listo salió de su casa para dirigirse en el auto hacia el Moulin.
Le tomo 30 minutos llegar, justo a ese momento ya eran las siete con treinta de la noche y en la entrada del sitio ya le esperaban. Un valet se encargo de su auto y una empleada se encargo de dirigirle al lugar que había reservado. Según decía la chica, la persona que le atendería esa noche ya estaba esperando en el lugar así que le indico a ella que se retirara una vez que llegaron al pie de las escaleras.
A paso calmado subió escalón por escalón; su destino estaba hasta la parte más alta del sitio ya que este estaba al aire libre obviamente y eso era justamente lo que necesitaba. En unos minutos termino de subir las escaleras y aunque su vista estaba de frente tuvo que ladearla un poco para observar a la esbelta figura que le esperaba. Se giro lentamente y con una voz suave dijo.
– Buenas noches –

–Viann –
Repitió el nombre de la fémina que se presentaba y al igual que ella asintió con la cabeza e inclino un poco el cuerpo dedicándole una ligera reverencia en forma de saludo.
–Kouki y soy a quien atenderás esta noche–
Dijo al momento de inclinarse y se enderezo por completo. De momento no observo ni cuido el aspecto de la chica en lugar de ello dio un rápido vistazo al lugar, analizando que todo lo que había ordenado se encontrara perfectamente en su lugar, las bebidas, el ambiente y esos bocadillos para acompañar. Suspiro de alguna manera aliviado ya que de momento no tenia queja con aquellas cosas ahora solo faltaba, no tener problema con la compañía.
–Bien, deseo algo de beber… –
No pidió, no dijo, ordeno aquello mientras que avanzaba hacia uno de los sillones cercanos a la mesa de centro en donde tomo asiento. Dejo que su cuerpo se reclinara por completo sin llegar a recostarse solo bajo la posición lo suficiente para que su nuca topara con el respaldo del sofá. Echo un poco la cabeza hacia atrás y llevo ambos brazos al respaldo del sofá para descansarlos en ese lugar, dejando que sus ante brazos y manos colgaran de este, ladeo un poco el rostro pero dejando la mirada en la chica que le acompañaba al mismo tiempo que abría un poco mas las piernas acomodándose lo mejor que le parecía en aquel sofá.
El ambiente ayudaba no era ni muy frio ni muy caloroso sino templado y cómodo. Esperaba que lo que había ordenado no tardara mucho y a pesar de que observo la charola de los bocadillos aun no se acerco a tomar alguno. Tenia hambre, si, un poco quizá pero no vio la necesidad de comer aun solo tenia la de sentir algo de alcohol correr por su garganta.

–Eso ya me lo dijiste linda –
Recordó las palabras de la chica al llegar y a pesar de que ya había dado la orden aun esperaba por su trago. Suspiro de manera breve y echo su cabeza hacia atrás perdiendo cualquier contacto visual con la chica que le acompañaba, solo escuchaba los ruidos que hacia al atender su orden. No presto atención a lo que servía, después de todo no había pedido algo en específico y no es que tuviera una preferencia por el licor en ese momento, realmente cualquier cosa estaría bien mientras tuviera alcohol.
Cerró los ojos un momento y se dedico a esperar lo que había ordenado aunque claro a pesar del poco tiempo que pudo haberse tardado la chica en preparar aquello, sus dedos tamborileaban sobre el sofá una y otra vez pero solo hasta que escucho la voz de la fémina regresar levanto un poco su cabeza para ubicar lo que le había servido. Su vista antes de verla a ella se fue directamente hacia el vaso de licor. El olor era fuerte y de inmediato lo ubico como whisky. No estaba mal lo vio como una buena opción para si.
No tardo en incorporarse de nuevo. Se echo hacia adelante y el antebrazo izquierdo lo dejo sobre una de sus piernas mientras que con la mano del derecho tomaba el vaso de licor que le habían servido. En sus dedos sintió el frio del licor y llevo el vaso directamente en dirección de sus labios solo que antes de que ellos tuvieran contacto con el filo del cristal, levanto un poco más el vaso para menearlo en su mano y aspirar el robusto aroma de este. Arqueo una ceja levemente y una apenas perceptible sonrisa se instalo en sus labios. Sin más rodeos inclino el vaso contra sus labios y dio un prolongado trago de este. Por su garganta sintió el ardor, el caliente de la bebida rasparle pero ante ello no hizo nada, mas que disfrutar del sabor.
Separo el vaso y escucho con atención el ofrecimiento de la chica, pero más que fijarse en aquella atención que daba ella, su vista se fue a la mirada de la chica quien observaba los bocadillos.
–Por ahora no. Pero puedes comerlos tu, si así lo quieres, tienes el permiso. –
Dijo con voz clara y un poco más apacible pero sin dejar ese tono de autoridad en su voz con el que había llegado. Volvió a recargarse en el sofá esta vez con su vaso en mano mismo que contoneaba en leves giros de su mano antes de darle pequeños tragos mientras que ahora su vista se concentraba en la chica que tenia por compañía.

Dio un trago más a su vaso, dejando ya únicamente lo suficiente para uno más. Sus ojos seguían en vista de lo que hiciera la chica y fue por ello que se percato de inmediato de su acción con aquel bocadillo y la distracción que este le había causado pero lo que hizo que arqueara un tanto una de sus cejas fue que le regresara a la charola donde estaban los demás. ¿A que se debía eso? Quien sabe, pero no comería de esos, tras ver como lo regresaba la chica, dejo de tener hambre.
–Ciertamente–
Dijo respondiendo por educación a las palabras de la chica y estuvo calmado con ese breve momento de silencio. Trataba de disfrutar al menos esa calma que invadió el sitio y como este era cubierto por la fresca brisa nocturna que había. Por un momento y solo por un momento, desvió su mirada de su acompañante para dar un recorrido más al lugar y tras ello dio el último trago a su vaso de whisky.
Al finalizarle, escucho de nuevo la voz de la fémina y dirigió su atención a sus palabras. Tensión, había dicho ella. Ciertamente estaba tenso pero al menos no tanto como hacia unas horas se podría decir que la calma le había empezado a invadir e inclusive el licor había ayudado a darle cierta sensación de somnolencia. El ambiente ayudaba a ello y tras el ofrecimiento de la chica hizo una pausa en sus pensamientos para meditar si lo que ella ofrecía realmente era lo adecuado para él.
No tenia porque negarse realmente o al menos no encontró una buena razón para hacerlo así que se inclino un poco hacia adelante para dejar el vaso de nuevo sobre la mesa.
–Adelante… –
Dijo accediendo ante aquel ofrecimiento finalmente y sin objeción observo por el rabillo del ojo a la chica que ahora yacía a su lado. No le molestaba el reciente acercamiento, además tendría que haberlo para que ella realizara su labor así que tras dejar el vaso regreso a su sitio esta vez con el cuerpo un tanto ladeado para quedar de frente a donde ella estaba, esperando que atendiera el ofrecimiento que había hecho.

Bien, respiro hondo tras las palabras de la chica y dejo de prestarles cierto grado de atención a las mismas, ahora su completa fijación estaba sobre sus acciones. Había dado el permiso para un masaje si, pero tenia entendido que un masaje sencillo podía pasar por encima de su ropa y ser igual de agradable como la chica prometía y es que realmente no había dado ningún permiso para nada fuera de ello y eso era lo que su compañía debía tener en cuenta; pero para su sorpresa resulto todo lo contrario.
Había cierta cercanía que no había permitido ni accedido a ella. Sus prendas eran abiertas y se preguntaba en que momento fue que dio permiso para aquello. Si no mal recordaba… había sido claro con su elección de compañía y al parecer, le habían mandado a todo lo contrario a ello; ya que una de sus peticiones fue que su acompañante no fuera atrevido y las acciones de la chica lo eran, ladeo el rostro, alejando cualquier posible contacto que el no había permitido y espero “paciente” para ver hasta donde iba el repentino atrevimiento.
¿Con su permiso? Si, eso dijo la fémina que le acompañaba, pero si, seguía preguntándose en que momento fue que lo dio y a tal grado que se tomara la confianza de abrir los botones de su camisa. Arrugo la frente y sus ojos siguieron la figura de la muchacha detrás de si, y justo cuando pensó en que su comportamiento no podía ir mas allá de un simple masaje, que como había pensado siempre pudo ser por encima de la ropa primero y si él lo solicitaba, para sentirse mas cómodo, él mismo hubiera dado la orden para que sus prendas fueran retiradas. Continuaba quieto, cuidando los movimientos de la chica y tras que su camisa fuera ligeramente bajada por el cuello, sintió el calor de los dedos ajenos tocándole.
Entrecerró los ojos entre cada movimiento pero sin llegar a cerrarles por completo, solo hasta la mitad, mientras que permanecía con el seño fruncido por todo aquello que daba vueltas en su cabeza. De un momento a otro, sintió aquella frialdad sobre su piel. Sus hombros se agacharon ante aquel contacto, ya que si bien, hacia fresco en el lugar, aun así al sentir aquella humedad de lo que fuera que fuese que estuviera usando la chica en cuanto el aire nocturno golpeo esa zona sintió el escalofrío aun más marcado sobre su espina dorsal.
Ciertamente con aquella cosa que la chica le había untado, añadido a algunos certeros de sus movimientos, llegaban a ser hasta cierto punto agradables, mas sin embargo eso no hacia que perdiese vista de cada uno de ellos por fugaces momentos ya que mantenía su rostro ladeado hacia atrás para observar a la chica. Aquella mirada de “vigilancia” no duro mucho ya que tuvo que volverla a las manos de la chica que se deslizaban, untando más de aquella cosa por parte de su pecho. Una de sus cejas se arqueo ante aquello y así como estuvo todo el tiempo con los ojos abiertos solo entrecerrándolos entre algunas presiones suyas, volvió a girar su rostro hacia ella, tan rápido como habían acabado sus palabras esas que cayeron directamente sobre el oído propio.
-¿Te permito? Será que ¿Por fin esperaras a que yo de la aprobación para actuar? –
Ladeo el rostro, algo fastidiado. Para empezar, habían roto la primera orden que dio al llamar al lugar, no quería empleados que se la pasaran parloteando, ni que fueran atrevidos. ¿Cuántas veces se lo había dicho a si mismo durante todo aquello? E fin, no tenia importancia, si no iba atener el servicio que pedía no tenia porque permanecer en el sitio realmente, como había dicho en un principio, no estaba de humor para ello realmente. Suspiro y se levanto de su lugar, rompiendo con cualquier tacto por parte de la chica, llevo sus manos acerrar los botones de su camisa nuevamente y se inclino en el sofá brevemente para alcanzar su chaqueta, misma que se coloco nuevamente.
-El whisky estuvo… bien, no lo voy a negar, pero no me gusta la gente tan atrevida linda… No se si te comentaron eso cuando te enviaron aquí –
Sacudió su chaqueta una vez que se la hubo puesta y volvió a ponerla adecuadamente.
-Pero en fin. Ya fue suficiente, me retiro ahora, con al menos el sabor del whisky en mi garganta…-
Rebusco con una mano, un pequeño pañuelo en el bolsillo de su chaqueta e hizo uso de este para limpiar aquello que sentía húmedo sobre su piel. Pasó el pañuelo por sus hombros, su cuello y nuca y siguió por dejar aquel pañuelo sobre la mesa. La misma mano que uso para limpiar su piel la llevo al bolsillo de su pantalón y de este saco su billetera. Acostumbraba siempre dejar alguna propina para los empleados que le servían, era su costumbre diaria, al menos no diario si cada visita.
-Para que al menos no vayas a perder tu cuota diaria, pese al… “servicio” que me acabas de brindar -
No se fijo en las denominaciones de los billetes, solo saco algunos de ellos, 3 o 4 y los arrojo sobre la charola de aquellos bocadillos que le hicieron perder el apetito anteriormente y volvió a guardar su billetera en su sitio.
-Descanse…-
Dijo fríamente al darle la espalda a la chica y se dispuso a salir de aquel sitio, no sabia si iba mas molesto que relajado, o al menos, quería pensar que el estrés laboral había bajado algo pero ya no daría tiempo, descendió las mismas escaleras de hacia si acaso… ¿Una hora? Puff, nunca se había ido tan rápido del sitio… pero ahora era necesario… abandono el lugar y se dirigió directamente a su casa, con unas amplias ganas de volver a tomar un baño y dormir al menos un poco, antes de volver a trabajar.

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