La douce mélodie du péché ~ [Privado Masashi-sama]
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La douce mélodie du péché ~ [Privado Masashi-sama]
Como era parte de mi costumbre, no podía quedarme quieto en un solo lugar y simplemente ver las aburridas horas pasar...
Me había percatado de que aquel día la mayoría de las personas estaban reunidas detrás de las elegantes puertas del teatro principal; de seguro admirando algún espectáculo llevado a cabo por las bailarinas o aquellas estrellas a las que se les llamaba "diamante", así que el resto de nosotros teníamos que esperar en el lugar que nos fuera asignado. Pero claro...pocas veces hacía lo ordenado.
Así que sin preocuparme de si alguien podría verme o no, me dirigí por los largos pasillos que conducían a los lugares más privados, aquellos que pocas veces alguien llegaba a entrar solo, o incluso esas salas que al ser tan "nuevas" aún estaban cerradas al público y solo entraban con una reservación...cosa que evidentemente no tenía.
Pero suponía que al estar todos distraídos, a nadie le importaría un pequeño paseo "indefenso"...cierto?
Mi camino se tornaba más y más interesante mediante iba avanzando por las diversas habitaciones que de cierta forma escondían su verdadero contenido tras sus puertas, las cuales una a una iba abriendo y cerrando sin interés alguno, ya que no era algo que no hubiera visto antes en otro lugar o que realmente mereciera que me quedara ahí.
No fue hasta que abrí un par de grandes y negras puertas con elegantes decorados en ellas, que me encontré con algo que me robo de inmediato la atención...aquello era la gran sala de piano que tenía entendido se acababa de instalar, y que dejaba ver en cada rincón la elegancia y exclusividad de cada uno de sus detalles.
Sin mirar atrás me adentre a este sitio, sabiendo que la puerta se cerraría sola tras de mi así que no me detuve a corroborarlo o a detener mi camino, el cual fue directo hasta el gran piano de cola que se encontraba en el centro de la habitación.
A mi alrededor noté varios sillones, incluso una botella de champagne que esperaba a ser bebida dentro de una hielera que la mantenía en perfecto estado, así que lo más seguro era que pronto alguien llegara y yo tuviera que inventar alguna excusa para estar ahí. Pero ahora...con mis manos sobre ese elegante y único instrumento nada de eso era importante, ni siquiera la idea de un castigo por escabullirme de mis obligaciones podía detenerme de comenzaran a tocar suavemente una suave melodía que iba inventando en mi cabeza.
Me había percatado de que aquel día la mayoría de las personas estaban reunidas detrás de las elegantes puertas del teatro principal; de seguro admirando algún espectáculo llevado a cabo por las bailarinas o aquellas estrellas a las que se les llamaba "diamante", así que el resto de nosotros teníamos que esperar en el lugar que nos fuera asignado. Pero claro...pocas veces hacía lo ordenado.
Así que sin preocuparme de si alguien podría verme o no, me dirigí por los largos pasillos que conducían a los lugares más privados, aquellos que pocas veces alguien llegaba a entrar solo, o incluso esas salas que al ser tan "nuevas" aún estaban cerradas al público y solo entraban con una reservación...cosa que evidentemente no tenía.
Pero suponía que al estar todos distraídos, a nadie le importaría un pequeño paseo "indefenso"...cierto?
Mi camino se tornaba más y más interesante mediante iba avanzando por las diversas habitaciones que de cierta forma escondían su verdadero contenido tras sus puertas, las cuales una a una iba abriendo y cerrando sin interés alguno, ya que no era algo que no hubiera visto antes en otro lugar o que realmente mereciera que me quedara ahí.
No fue hasta que abrí un par de grandes y negras puertas con elegantes decorados en ellas, que me encontré con algo que me robo de inmediato la atención...aquello era la gran sala de piano que tenía entendido se acababa de instalar, y que dejaba ver en cada rincón la elegancia y exclusividad de cada uno de sus detalles.
Sin mirar atrás me adentre a este sitio, sabiendo que la puerta se cerraría sola tras de mi así que no me detuve a corroborarlo o a detener mi camino, el cual fue directo hasta el gran piano de cola que se encontraba en el centro de la habitación.
A mi alrededor noté varios sillones, incluso una botella de champagne que esperaba a ser bebida dentro de una hielera que la mantenía en perfecto estado, así que lo más seguro era que pronto alguien llegara y yo tuviera que inventar alguna excusa para estar ahí. Pero ahora...con mis manos sobre ese elegante y único instrumento nada de eso era importante, ni siquiera la idea de un castigo por escabullirme de mis obligaciones podía detenerme de comenzaran a tocar suavemente una suave melodía que iba inventando en mi cabeza.
Koichi- Rubí
- Localización : En tu más oculto deseo
Humor : Travieso~
Re: La douce mélodie du péché ~ [Privado Masashi-sama]
Tenía entendido que se abrirían nuevas habitaciones en el cabaret sin embargo que se necesitaría una reservación suponía que entre los empleados debía de haber alguno que supiera tocar el piano, y es que una habitación así era por demás interesante por lo que llamé al cabaret desde mi casa indicando que esa noche querría la sala de Piano para mí y que enviaran a cualquiera de los empleados que supiera tocar el piano, deseaba un buen espectáculo y a una persona tranquila, así que di las indicaciones y sin más se me indicó la hora a la que estaría lista aquella nueva sala para mí.
Tenía el tiempo suficiente para tomar un baño y alistarme para salir de casa; no tardé mucho en el baño y salí con una bata para dirigirme a mi armario y tomar de este un traje que me pareció adecuado para esa noche, así que me alisté y de inmediato salí casa encaminándome hacia el cabaret dejando el auto en la entrada para que los encargados de esa noche del valet lo dejaran en el sitio que había reservado en el estacionamiento. Uno de los empleados encargados de la entrada del lugar me dirigió hacia aquella habitación y una vez en el pasillo que me dirigía hacia el lugar le indiqué que se retirara podría encontrar la sala yo solo. Guardé una de mis manos en el bolsillo de mi pantalón caminando por aquel extenso pasillo hasta que el sonido vago de un par de notas llegaron a mis oídos indicándome el lugar de donde provenían y por ende indicándome que había llegado a mi destino.
Abrí la puerta del lugar encontrándome con una menuda figura de cabellos rosado sentada sobre el banquillo frente al piano quien era la dueña de aquellas notas que llegaron a mis oídos momentos antes; no le di demasiada importancia debido a que probablemente ese era el empleado que se encargaría de aquella sala esa noche, cerré la puerta evitando cualquier distracción para él y una vez dentro del lugar caminé hasta posicionarme a sus espaldas colocando una mano sobre su hombro.
-Creí que el espectáculo empezaría ya que estuviera aquí no antes.-
Dije en un audible tono sacándolo de su ensimismamiento mientras me dedicaba a observarle con detenimiento.
Tenía el tiempo suficiente para tomar un baño y alistarme para salir de casa; no tardé mucho en el baño y salí con una bata para dirigirme a mi armario y tomar de este un traje que me pareció adecuado para esa noche, así que me alisté y de inmediato salí casa encaminándome hacia el cabaret dejando el auto en la entrada para que los encargados de esa noche del valet lo dejaran en el sitio que había reservado en el estacionamiento. Uno de los empleados encargados de la entrada del lugar me dirigió hacia aquella habitación y una vez en el pasillo que me dirigía hacia el lugar le indiqué que se retirara podría encontrar la sala yo solo. Guardé una de mis manos en el bolsillo de mi pantalón caminando por aquel extenso pasillo hasta que el sonido vago de un par de notas llegaron a mis oídos indicándome el lugar de donde provenían y por ende indicándome que había llegado a mi destino.
Abrí la puerta del lugar encontrándome con una menuda figura de cabellos rosado sentada sobre el banquillo frente al piano quien era la dueña de aquellas notas que llegaron a mis oídos momentos antes; no le di demasiada importancia debido a que probablemente ese era el empleado que se encargaría de aquella sala esa noche, cerré la puerta evitando cualquier distracción para él y una vez dentro del lugar caminé hasta posicionarme a sus espaldas colocando una mano sobre su hombro.
-Creí que el espectáculo empezaría ya que estuviera aquí no antes.-
Dije en un audible tono sacándolo de su ensimismamiento mientras me dedicaba a observarle con detenimiento.
Masashi- Cliente
- Edad : 44
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