Dancing pour Paradis [Libre]

Una noche más. Las noches en el Moulin Rouge iban desde lo más normal como bailar para una gran cantidad de clientes o para uno en específico, cumplir los caprichos de este, costara lo que costara. Sabía que podía negarse, pero de alguna manera encontraba interesante el no hacerlo, le gustaba experimentar las consecuencias de sus actos.
Esa noche nuevamente subió al escenario secundario del cabaret, por alguna razón le gustaba estar en esa zona que en la principal, donde generalmente quienes subían eran a quienes los clientes más asquerosos se llevaban. Él, en cambio, le gustaba las cosas mas..."refinadas". No que fuera muy receloso de quienes buscaban los servicios del Moulin Rouge...Ok, si lo era pero en realidad era su orgullo de no ser tan bajo como su madre el que le hacía buscar las mejores circunstancias.
Se encontraba así preparado para salir a escena cuando se le anunció que por un capricho de un cliente en especial, todos los que salieran al escenario secundario vistieran de uniforme. Él realmente no le veía lo útil a aquello pero ordenes eran ordenes y no por ser rubí se iba a negar, además de que necesitaba dinero y techo para vivir y ese lugar en el cual se encontraba le otorgaba varias cosas que deseaba: dinero, sexo, hogar y olvidar por unos instantes que era el hijo bastardo de un adinerado y una prostituta.
Luego de cambiar su antiguo vestuario por el uniforme, con saco y todo como si fuera una especie de estríper, buscó a quien le acompañaría en el escenario esa noche: una joven recién llegada que usaba un uniforme igual al suyo pero con toques femeninos: una falda corta que prácticamente le dejaba ver todo su cuerpo. Él, en cambio, lucía el saco, botines, entre otras cosas, que sí lo hacían lucir militar y no un bailarín: le encantaba dar la apariencia equivocada.
Los minutos pasaron y fue el turno de ambos el subir a escena. Caballerosamente y porqué no, intrigado de quien podría ser el que hubiera pedido los servicios de un par de empleados de rubí, dejó que su femenina compañera subiera a escena, viéndola bailar sensualmente tras bambalinas. Él podía ser un empleado bisexual, pero no podía negar que aquella mujer se movía como si fuera una de mas más expertas bailarinas del lugar. Sin embargo, cuando terminó su canción y quedar a pedido de quienes le observaban en gran parte desnuda, la joven mujer fue echada con abucheos. Asustado entonces del destino que le depararía, atrapó entre sus brazos a la joven y la trató de calmar mientras escuchaba como de afuera llamaban por su presencia. Decidido a no dejar pasar esa ocasión y con un pequeño deseo de venganza por hacer llorar a una mujer, llamó de reojo a un empleado de Latón quien se llevó a esta para calmarla: Era mala propaganda para los rubí el ser echados así, pues sus servicios se veían claramente disminuidos.
Si bien temía por su integridad y porque sus servicios dentro del lugar se vieran afectados, respiró profundamente y salió a escena.
-Bienvenido a Moulin Rouge. Espero disfrute de mis servicios.- Dijo al público de no más 20 personas, quienes esperaban atentos sus movimientos. Suspiró entonces profundamente una vez más y al sonido del chasqueo de sus dedos, la música seleccionada comenzó a sonar, y su performance también comenzó.