~Sin teaste like…~[Priv.]

por **Ryo** Mar Mayo 22, 2012 8:58 am

Era extremadamente raro que yo tuviese siquiera un unos minutos libres en la semana para descansar, sobre todo en la que había pasado que había sido por demás ajetreada y la palabra “descanso” no estaba disponible para mi si no hasta la noche en que podía dormir. Fue por eso que el que tuviese disponible un tiempo para mi, ese día en particular era mas que extraño. De igual manera no lo iba a desaprovechar y realmente no quería ni estar en casa, me sentía de alguna manera tenso, estando encerrado cuando no era necesario. Opte por salir.
Tome una ducha temprana y claro me di mi tiempo para ella, ya que se trataba de relajarme y posteriormente a ella, me aliste con un atuendo algo ligero y cómodo para mi gusto. No muy tarde salí de casa y aborde el coche y solo hasta estar arriba de este fue que me pregunte a donde iría… no tuve que meditarlo mucho realmente ya que tenia muchos lugares para pasar el rato pero este en particular quería estar rodeado de belleza y arte; que mejor lugar que Notredame.
Me baje del auto, no tenía caso ir en el a un lugar que estaba realmente a pocas calles de donde residía así que iría a pie. Fui con calma y a pasos lentos ya que realmente no tenia prisa por llegar al sitio ni mucho menos pero de igual manera no me tomo mas que unos treinta minutos el estar finalmente de pie ante la enorme y magnificente puerta de aquella catedral. Me adentre en el lugar, posando la mirada inmediata y de lleno sobre los hermosos altares tan cuidadosamente colocados.
A pesar de estar completamente perdido en la belleza del lugar, me fue inevitable el sentir una mirada sobre mí. Ese sentimiento fue fugaz, pero lo suficientemente denso como para obligarme a voltear. Mi sorpresa o desconcierto se manifestó en el arquear de una de mis cejas. Tenia buena memoria si, y conocía a mis empleados, a todos y cada uno de ellos y realmente no esperaba el toparme con uno de ellos ese día y precisamente en ese lugar. Decidí pasarlo por alto si estaba en ese lugar era porque tenia el permiso para estar fuera, pero esa decisión ceso a los minutos ya que de cierta manera tenia algo de, “curiosidad” de saber del porque aquella chica había ido a ese sitio en particular en su tiempo libre.
Por esa razón fue que deje de lado los altares que admiraba y me gire para ubicar a aquella delgada figura antes de que llegase a perderle de vista. Para mi fortuna quizá, se había internado en un pequeño confesionario del lugar, aquello me dio cierta gracia interna y con una sonrisa divertida transversal en mis labios espere a que terminara de internarse en aquel lugar para posteriormente avanzar a ese. Me percate de que solo estaba ella, y del lado donde se supone entraba el padre para confesar, estaba vacio. Discretamente mire a mí alrededor y con cautela me interne del lado contrario de donde estaba esa chica.
Durante un momento no dije palabra alguna y trate de que mi rostro no fuera fácilmente visible por esa ventana, que a pesar de ser negra podía dar pauta a saber y conocer el rostro de quien estaba del otro lado. Me incline un poco hacia ella para que al hablar, aunque lo hiciera en un susurro fuera perfectamente audible para el otro lado y finalmente con voz suave y firme, susurre.
-¿Qué es lo que busca una mujer, que se dedica a vender deseo… en la casa de Dios? –
Una sonrisa de socarronería invadió mis labios y a pesar de tener mi rostro ligeramente oculto, asomaba mis ojos para observar por el rabillo de estos el lugar donde se encontraba aquella chica.

por **Viann Zhang** Miér Mayo 23, 2012 6:54 am

por **Ryo** Jue Mayo 24, 2012 12:17 am

Reprimí una ligera risa de entre mis labios al escuchar las palabras de desconcierto de la chica que estaba del otro lado donde yo. Me quede en mi sitio, no era mi intención que supiera tan rápido de quien se trataba, además quien sabe, dejaría ese intercambio de palabras como simplemente una pequeña broma para pasar el rato y regresaría a casa, después de todo, no tenia otro buen motivo para quedarme. Quizá, lo que mas gracia interna me causaba no era el desconcierto de sus palabras si no el tono que usaba para dirigirlas, el mismo tono que usa una persona cuando la han pillado en alguna travesura. Tan, a la defensiva.
En fin, ya estaba ahí adentro jugando mi pequeña broma y ahora escuchaba con cierta atención lo que decía.
-Ciertamente, es un lugar para todos. Pero el perdón no lo es, así que aquí es el ultimo lugar donde lo encontraras; si es que lo estas buscando.-
Hable bajo y me di la oportunidad de cruzar los brazos mientras que me recargaba de lleno en la pared tras de mí. Estaba relajado de alguna manera ahí adentro, el lugar era perfecto y tenía una magnificencia interior, había ido a ver el arte del sitio después de todo y aprovechaba lo que estaba haciendo en ese momento para realizar aquello. Permanecía con el rostro fijo hacia el frente, pero eso no quería decir que mis ojos perdieran de vista la pequeña ventana, el único acceso que tenia ese confesionario de un lado a otro y estaba pendiente de lo que aquella chica continuaba hablando, aunque sin embargo decidí no decir palabra alguna mas esperaría con algo de paciencia a que terminara de hablar.
Su última pregunta salió de sus labios y ante ella una carcajada se ahogo en mi garganta. Negué varias veces con la cabeza y solo entonces ladee el rostro en dirección de aquella ventana para empezar a hablar.
-Obtener a un hombre… Acaso ¿Viniste a confesarle, no, mejor dicho a pedirle a un cura que te diera consejo para obtener a un hombre? –
Esta vez si solté una ligera risa y me incline hacia aquella ventana que dividía ambos cubículos y alce una de mis manos para con solo el uso de un par de dedos, enganchar esa y jalarle para destaparle, dejando la visión mas clara tanto para ella como para mi.
-En fin, no se que te hubiera dicho el padre linda. Pero creo que tú pregunta esta demás. Tú y yo sabemos perfectamente, que cuando uno tiene precio indicado, obtener lo que se desea no es problema. Pero si, nuestro mismo precio no es el suficiente, entonces no tiene caso que sigas deseándolo…es mejor buscar algo mas… a nuestra altura… -
Esta vez, el tono de mi voz era más adusto y le miraba a través de aquella pequeña ventana sin fijarme en otra cosa más, más que en sus ojos mientras que yo hablaba y al final de hacerlo eche mi rostro hacia atrás mientras que mi mano continuaba sobre la ventana corrediza.
-Y si eso es todo, creo que puedes ir en paz “Hija mía”…-
Sonreí de manera socarrona nuevamente no es que hubiera quitado la sonrisa de mis labios y con los ojos sobre los suyos, fui deslizando la ventana corrediza para cerrar lentamente aquella pequeña ventana y volví a recargarme en donde estaba sentado por un momento y tras ello, me dispuse a levantarme para abrir la puerta delante de mi y salir de ese confesionario.

por **Viann Zhang** Jue Mayo 31, 2012 7:47 am

por **Ryo** Vie Jun 01, 2012 1:44 am

¿Penitencia? Repetí para mi mismo en mis adentros y aquella sonrisa de mis labios se volvió transversal con ese dejo de burla de hacia un rato. Por un segundo y solo por un segundo mis ojos se desviaron hacia la pequeña ventana donde había visto a aquella chica y negué con la cabeza un par de veces antes de finalmente abrir la puerta y salir de ahí y justamente así hubiera sido de no ser por los rápidos movimientos por parte de ella que ahora se encontraba dentro del lugar donde yo estaba.
Enarque una ceja ante aquella expresión suya y ese pequeño sonido del pestillo al cerrarse resonó con un pequeño eco en la habitación. Decidí, de momento no objetar aquel ¿Atrevimiento? Bueno para mí lo era ya que, que clase de insinuación era esa, pero así como lo había decidido, volví a tomar asiento, lleve las manos a los bolsillos de mi pantalón, sentándome completamente “a mis anchas” en aquel lugar y cruce suavemente mis piernas mientras que le miraba y escuchaba. Mantenía aquella expresión tranquila en mi rostro y esa sonrisa que se negaba a desaparecer de mis labios por aquello… tan particular que sucedía en ese momento.
-En absoluto, mi tiempo libre es enteramente empleado para admirar, las pocas cosas hermosas que tengo a mi alrededor; si yo quisiera mezclarme con los empleados dentro de ese tiempo, no les confesaría, les daría mas razones para confesarse.-
Hable claro, suave y sin ninguna clase de rodeo, o alguna palabra de más que desviara el tema, simplemente conteste aquella afirmación suya y ladee el rostro mientras la escuchaba continuar hablando. Su siguiente interrogante… logro sacarme una ligera risa de entre los labios y esa mirada suya que me recorría fue lo suficientemente clara para mi, quien había mantenido los ojos en los suyos y pudieron seguir perfectamente el movimiento de estos en aquella acción. Nuevamente sus ojos sobre los míos y aquellas palabras aun resonando en un lejano eco en la habitación, en ese pequeño lugar donde solo de momento estábamos encerrados.
-Esta demás explicarte el precio y valor de las cosas, pero responderé esa interrogante tuya…-
Conteste finalmente prestándole atención de momento únicamente a lo primero que había dicho y con calma, me levante de mi lugar, para colocarme delante de ella.
-Todo, todo en esta vida, tiene un precio lindura, hasta Dios… que cobra con oración el perdón a sus creyentes… Pero…-
Me acerque solamente un paso mas, lo suficiente para acortar solo un poco la distancia pero no tanto como para que hubiera algún contacto entre ambos.
-Mi…”precio” no se basa en palabras sueltas… en arrepentimiento o gente beata para conmigo…es alto… mucho mas alto que eso…. Y a diferencia de él… aunque hubiera gente capaz de llenarlo… yo, no le daría ese “perdón” a cualquiera…-
Me incline un tanto hacia adelante, ladeando ligeramente mi rostro para que quedara justamente mi mentón sobre su hombro derecho, pero claro, estableciendo esa regla que había puesto impidiendo cualquier contacto entre ambos; mientras que del lado izquierdo de su cabeza, colocaba mi mano del mismo lado y con solo las yemas de esta empezaba a descender por la puerta por alrededor de su anatomía, como si con mis dedos, marcara su figura sobre la puerta.
-Ahora ¿Deseas una penitencia? Híncate al pie del altar… y “reza” una y otra vez tu contrato… hasta que la huella de haberlo violado… desaparezca de tu consciencia….-
Susurre directamente sobre su oído y al pronunciar la ultima palabra de mi oración mis dedos llegaron al pestillo que abrí de un solo girar de estos.
-Puedes ir en paz… Hija mía…-
Repetí al mismo tiempo que empujaba la puerta con mis dedos para que esta se abriera y me aleje esos dos mismos pasos que había avanzado para volverme a sentar en mi lugar anterior, retomando la posición de hacia unos momentos y como venía haciendo desde que le vi entrar, con la mirada sobre la suya.

por **Viann Zhang** Jue Jul 05, 2012 10:23 pm

por **Ryo** Miér Ago 01, 2012 2:44 am

-Y también dije, que no era de mi gusto el mezclarme con empleados…-
Musite al aire pasando de largo su primera interrogante mientras que cruzaba mis piernas y continuaba mirándole, escuchando como venia haciendo desde que entramos en aquel lugar. No es que fuera una platica muy interesante y realmente no me estaba diciendo nada que no hubiera dicho ya, de hecho el hecho de que fuera la segunda vez que intentaba quedarse en el lugar donde yo estaba me hacia pensar en lo ansiosa que estaba por algo de atención mía.
Se la daba, a pesar de que al parecer ella no tenia de cuan valiosa era mi atención, se la daba, después de todo, era de alguna manera… divertido ver como alguien llegaba hasta ese punto, pasar de una indirecta y baja proposición indecorosa, a ofrecer un paseo con tal de no perder el delgado hilo de intercambio de palabras era… interesante quizá o quizá estaba usando la palabra equivocada pero que mas daba. Me estaba fastidiando el estar en aquel lugar y ya que ella no hizo más que asomarse fuera de aquel confesionario, sin responder nada mas a sus palabras de momento, me levante de mi sitio para encaminarme fuera de aquel lugar.
Avance en calmados pasos y pase de largo por donde ella estaba de pie. El lugar ya se vaciaba y salvo un par de personas que salían de habitaciones continuas al altar principal no había personal de la catedral por ahí, imaginaba, aunque no fuera de mi completo interés que se dedicaban a limpiar y demás cuando la gente visitaba el sitio, sitio que no necesitaba realmente mucho cuidado, con guardias en la entrada ya que era un lugar bastante representativo para el país y eso claro que la gente devota era casi la única que andaba por ahí, podían despreocuparse de que ocurriera algo que perjudicara el lugar.
Avance un par de pasos más, dejando que de momento solo los ligeros sonidos de la catedral ambientaran un poco más la presencia de ambos y me posicione delante de donde ella estaba, dándole la espalda pero mirándole por el rabillo del ojo, por encima de mi hombro.
-No creo que aprendas nada más de mí… porque no tengo nada que enseñarte realmente. Eso si hablamos de lo que vienes ofreciéndome desde que te topaste conmigo… los movimientos debajo del agua…indirectos o como quieras decirles… no son lo mío realmente…-
Ahogue una ligera risa y una sonrisa de diversión se quedo atravesando mis labios. Lleve lentamente las manos a los bolsillos de mi pantalón y basto con un pequeño paso para darme con tranquilidad la vuelta, colocándome delante de sus ojos.
-Así que, porque mejor no dejas esa charlatanería de lado y esa actitud de magdalena arrepentida que no te queda… y me dices que es lo que realmente buscas de mi…-
Clave la mirada de nueva cuenta en la suya y esta vez, tras cada palabra mía, mi semblante se iba tornando mas serio y duro, como si le presionase solo con la mirada. Ya no sonreía, no es que no tuviera motivos para hacerlo, después de todo, me divertía esa clase de personas que se ocultaban tras las palabras y sus “mojigatos” ofrecimientos para buscar u obtener lo que querían, aunque claro eso solo llegaría a resultar en gente tan estúpida como para creerse semejantes patrañas, patrañas que obviamente yo no me tragaría.
-Oh pero…-
Dije con un tono mas alto que el anterior, cuando la vi dispuesta a contestar, así detendría sus palabras repentinamente y le advertí.
-Que me lo digas no quiere decir que vaya a dártelo. Ten en cuenta, que no solo estas frente a tu jefe… si no frente a una persona, frente a hombre, que no se codea con cualquiera y por ende, es selecto, especial… y no va dando por ahí caridades a gente que no las merece…-
Hable serio y claro con el tono de advertencia necesario para que pensara su respuesta con cuidado, ya que dependiendo de esta, se aclararían muchas cosas, además de que se decidiría el siguiente punto de partida.

por Contenido patrocinado

~Sin teaste like…~[Priv.]

~Sin teaste like…~[Priv.]

Re: ~Sin teaste like…~[Priv.]

Re: ~Sin teaste like…~[Priv.]

Re: ~Sin teaste like…~[Priv.]

Re: ~Sin teaste like…~[Priv.]

Re: ~Sin teaste like…~[Priv.]

Re: ~Sin teaste like…~[Priv.]

Re: ~Sin teaste like…~[Priv.]

Re: ~Sin teaste like…~[Priv.]